Segunda fase de Plaza Europa / Gran Vía de Hospitalet
La primera fase, la que todos conocemos:
En la parte central de la Gran Vía, entre los barrios del Gornal y Santa Eulalia, se construyó la plaza Europa, inaugurada en 2007. Ocupaba una extensión de 33,4 hectáreas y se concebía como el eje del Distrito Económico de La Hospitalet. Destacaban una quincena de edificios de más de 20 plantas destinadas a uso residencial, de oficinas o hotelero, algunos de ellos diseñados por arquitectos de renombre como Toyo Ito y Fermín Vázquez Huarte. Alrededor de la plaza Europa está el recinto Gran Vía de la Fira de Barcelona -que fue inaugurado en 1995 y ampliado en 2007- y grandes centros comerciales como Ikea o Gran Vía 2. La plaza estaba conectada con los Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña (parada Europa-Feria).
Otro equipamiento estratégico situado cerca de la Gran Vía era la CIUDAD DE LA JUSTICIA, Un complejo arquitectónico que centraliza la actividad judicial del área metropolitana de Barcelona. Se localiza en la plaza Cerdà, en el límite con el término municipal de Barcelona. Está formado por 9 edificios de 15 plantas, con una superficie construida de 220.000 metros cuadrados. Fue inaugurado en el año 2008.
Fuente: http://territori.scot.cat/cat/notices/2015/02/transformaciO_urbana_de_la_granvia_l_hospitalet_de_llobregat_3291.php
Éste es el plan director de la segunda fase:
El sector 1, en el sur de la Granvia, ocupa 43 hectáreas y contiene el hospital Duran i Reynals (donde se encuentra el Instituto Catalán de Oncología), el tanatorio municipal, las cocheras de TMB y equipamientos deportivos. Se preveía impulsar el proyecto Biopol’H para promover el sector biotecnológico y de la salud y se contemplaban usos industriales, terciarios, comerciales y hoteleros.
El sector 2, al norte de la Gran Vía, tiene 42 hectáreas y engloba los terrenos agrícolas de Can Trabal además de una subestación eléctrica de FECSA. El Plan director planteaba un parque de 25 hectáreas que, a diferencia de la propuesta anterior, garantizaría el mantenimiento de la actividad agrícola. En el resto del sector se proponían usos terciarios, industriales, comerciales y hoteleros. También se contemplaba el soterramiento de las líneas eléctricas existentes y la mejora de la conexión con el río Llobregat.
Finalmente el sector 3, con una superficie de 6 hectáreas, comprende los suelos situados al norte del sector 2, junto al término municipal de Cornellà de Llobregat. Parte de la superficie se destina al uso de los equipamientos municipales existentes (recogida, saneamiento …) y por el resto se delimita una unidad de actuación con usos terciarios, industriales, comerciales y de dotaciones.
Fuente: http://territori.scot.cat/cat/notices/2015/02/transformaciO_urbana_de_la_granvia_l_hospitalet_de_llobregat_3291.php
Se soterrará parte de la Gran Vía:
La Granvia en L’Hospitalet será subterránea en 2024
- Territorio y Sostenibilidad aprueba definitivamente el proyecto para deprimir el tramo pendiente hasta el río Llobregat
- Las obras comenzarán el próximo año y tienen un presupuesto de 114,8 millones de euros
Fuente: La Granvia a l’Hospitalet serà subterrània el 2024 | Rosa M. Bravo | L’Hospitalet de Llobregat | Urbanisme | El Punt Avui
Objetivo, atraer empresas biomédicas:
La alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, se ha fijado como meta convertir la segunda ciudad de Cataluña en la capital europea de la biomedicina. Antes de alcanzar ese objetivo, sin embargo, la edil socialista necesita soterrar la Gran Vía en el tramo entre la plaza de Europa y el río Llobregat. La idea es aprovechar el espacio que quedaría libre en la superficie para atraer a empresas del sector. La obra debía iniciarse el año pasado y concluirse en 2022; pero, como pronto, los trabajos no empezarán hasta enero de 2021.
Dato:
El sanitario es el primer sector económico de L’Hospitalet, según el Consistorio: genera 14.000 empleos, hay 1.200 investigadores y 54 empresas que facturan 2.275 millones de euros
Fuente: El soterramiento de la Gran Via en L’Hospitalet empezará en 2021, con dos años de retraso | Cataluña | España | EL PAÍS