Para mi sí es un problema. Y encima solo por google maps, cuando te acercas, se ve su fachada “Disney” aunque a algunos les moleste dicha comparación. La sensación de cascarón hueco, de escenario cartón piedra…aparece y la magia se esfuma. Es mi problema, puede que a algunos no les importe y no sea un problema para ellos.
En ese caso el problema es con el palacio real de Berlín, es decir cuando se hace mal. Ahí estaría de acuerdo. Pero en cambio en el campanile de San Marcos a todos nos parecerá bien que se haya hecho una réplica de calidad.
Quizas el mejor ejemplo de reconstruccion a gran escala en Europa en tiempos modernos es el centro de Varsovia, a esto ya dedique un post:
A modo de resumen:
- El 99% de la capital quedo destruida, Hitler puso especial énfasis en destruir hasta los cimientos de cualquier edificio historico.
- Las autoridades socialistas aprobaron un plan de reconstrucción en los 50, usando todo documento que pudieran encontrar.
Han pasado casi 100 años de la reconstrucción, ha dado tiempo a que las construcciones adquieran suciedad, patina, desgaste de los elementos etc.
El resultado es agradable y el 99% de la población, o cualquier turista va a opinar que se hizo lo correcto, mas si lo comparamos con otros centros históricos que se reconstruyeron con lo “moderno” y “contemporáneo” de aquellos tiempos o incluso se tiraron edificios que no tenían daño para construir encima, ejemplos de lo cual Europa Occidental esta lleno, con los peores casos en UK.
Castillo, incluido interiores:
Pues eso mismo, y no será el único caso seguro. De hecho odio las reconstrucciones que se notan un montón y no vamos escasas de ellas. En el caso de San Marcos es que ya han pasado más de 100 añazos.
En todo caso ya deje mi opinión al respecto de todo este debate offtopic en los mensajes de arriba. Hay casos y casos:
https://urbanity.one/t/museo-del-prado-ampliacion-del-salon-de-reinos-madrid/145/435?u=xxx
Y?
Se trata de dejar la ciudad mas bonita, incluso si es para las generaciones venideras, aunque la inmensa mayoría de la gente preferiría un historicismo del estilo que sea mientras cuadre mínimamente a plantar truños como este en el centro:
Realmente no entiendo cual es la lógica de que te pueda molestar que la pared no tenga las imperfecciones propias del paso del tiempo y el corte sea preciso hasta que se desgaste de una piedra, porque “no pega” pero en su lugar prefieras esto o poner truños como el de Foster.
Cuando dejes los invents, te lo vuelvo a explicar sí quieres, o mejor te hago un copy-paste.
En el polideportivo de la Cebada hubiera hecho una reconstrucción del antiguo mercado de cabeza. Como anteriormente he dicho, no me parece adecuado ponerse a reconstruir palacios barrocos o iglesias góticas, porque nunca se va a apreciar la calidad ni el espíritu ni el alma de su época original. Pero cosas como un mercado, un templete o alguna fachada decimonónica, me parece enriquecedor y hasta necesario.
La complejidad y detallismo de reconstruir un mercado de 1875 no tiene absolutamente nada que ver, especialmente en su interior, con ponerse a reconstruir catedrales y palacios medievales.
En la Cebada hubiera ido de cabeza con la reconstrucción, aunque fuera para meter el polideportivo dentro. Nos habríamos ahorrado la más bochornosa, avergonzante, insultante y denigrante intervención arquitectónica que se ha hecho en el centro de Madrid en décadas.
Con el Salón de Reinos hubiera optado por su imagen de 1903, algo para nada complicado y bastante respetuoso.
Muy bien, pero yo no estoy hablando de si procede reconstruir o no.
Si no se hubiese destruido, en lugar de una noche habría pasado cuatro.
Eso es.
Entiendo el concepto de fachadismo (que por cierto el palabro tiene muy mala uva). En tierras británicas me encontré un bonito edificio civil renacentista pero que por dentro no era más que un horrible centro comercial.
Si se reconstruye un palacio que se haga bien y con todos sus detalles exteriores e interiores. Pero en el caso del salón de reinos, se podría haber recuperado el salón en cuestión (que creo que no estaba mal conservado), y mantener el resto del edificio, con sus añadidos posteriores, sin necesidad de modificar dos de sus fachadas y una de ellas casi al completo. Porque arquitectónicamente esos añadidos ya estaban muy integrados en su entorno, mientras que con el nuevo edificio asumimos un gran riesgo, ya que no sabemos como resultarán visualmente esas columnas de bronce. Ya no en tres años, sino en diez, veinte o treinta. Quizá pasen por allí nuestros hijos y digan: “vaya burrada que hicieron con este edificio en el 2023, mira las fotos de como era antes”.
Conclusión, soy bastante conservador cuando se trata de tocar, de modificar, el legado histórico (con sus aciertos y errores) porque sé lo sujetos que estamos a las modas pasajeras, y más los arquitectos de renombre. Por cierto, un debate similar se va a suscitar, si no lo habéis iniciado ya, con la Casa de Vargas en la Casa de Campo.
Al final estamos hablando de gustos arquitectónicos, a mi no me molesta una intervención arquitectónica que seguro es de calidad en un edificio mil veces remozado y que no tiene nada ya del original. Otros preferís el edificio tal cual estaba tras las ampliaciones de los años cuarenta.
Pero lo que es evidente es que la única forma que este edificio recuperase su proyecto decorativo original, que es lo más valioso y lo que es único en Europa, es que pudiese adaptarse como ampliación del Museo del Prado. Conviene no olvidarlo. Y eso no se podía lograr dejando el edificio como estaba. Si nos vale cualquier otro uso del edificio, pues de acuerdo.
Hemos de recordar que se van a trasladar al Salón cuadros tan icónicos como las Lanzas o los retratos ecuestres de la sala principal del museo, la de las Meninas, y eso sería impensable si no fuesen a otro edificio sede del propio museo.
Sobre esto me gustaría leer más. Cuando se afirma que es necesaria una gran modificación para poder ampliar el prado, ¿se refieren a ganar una nueva sala expositiva? ¿A crear una nueva cafetería o restaurante? ¿A crear una nueva galería que conecte ambos lados de la plaza (esto lo he leido en algun medio)? Si fue museo del ejercito entiendo que ya habría espacios acondicionados para exposiciones.
Hay bastante literatura al respecto, se engloba comúnmente bajo el termino “design disconnect”, una desconexión entre los diseñadores/arquitectos y el publico en la que los arquitectos consideran bellas cosas que el publico considera feas.
El efecto fue descubierto formalmente por el psicólogo David Halpern en 1987.
Hay encuestas publicas etc.
Este video esta bastante bien:
Que bueno el video. Gracias
Yo abogo por, más que la reconstrucción, la creación de arquitectura contemporánea inspirada en la que se ha perdido. Utilizando materiales similares, quizás sintetizando formas, pero volviendo a incorporar el ornato.
Me encantaría un “postneomudejar”, con un lenguaje contemporáneo. No para el museo, lo proyectado a mi me gusta. Me refiero al patrimonio perdido y los adefesios que se han ido colocando por toda la ciudad.
El “me gusta” es por la primera parte del mensaje, hay que abandonar el feismo en la arquitectura contemporánea y volver a lo bonito, no hace falta caer en pastiches sino en crear una estetica nueva con ecos del pasado.
Ya hay varios ejemplos recientes que se han traido al foro.
La segunda parte, no te la compro mucho Moneo pero me parece que la actuación es un fallo estéticamente. Para eso nos podíamos quedar con lo presente, que al menos no cantaba por bulerías. Una actuación como la que proponía @UrbiEtOrbe, poco más que un lavado de cara quitando elementos “decimonónicos” y a correr. Pero vamos, que si esos elementos tampoco se hubieran quitado no hubiera perdido sueño por ello.
Coincido, cuando estuve allí me pareció una reconstrucción fantástica. Ojalá hiciésemos cosas asi en España con edificios desaparecidos.
Esa es justo la visión que tenía Luis Moya Blanco, y podemos ver su evolución estilística a lo largo de su vida.
Es un buen enfoque.
Gracias. Que edificio tan chulo.
Suscribo. Gracias por tu aportación. El edificio que compartes me encanta. El cubo que tiene al lado lo desgracia, no obstante.