Fachadas feas y fachadas bonitas

¡Hola a todo el mundo!

En primer lugar, quiero disculparme si este tema está fuera de lugar en el foro. Lo sigo bastante y dado que hay gente con tantos conocimientos, quería compartir una duda que me lleva intrigando muchos años, pero que quizás sea una estupidez para alguien conocedor.

Permitidme introducir la pregunta:

Paseando por cualquier ciudad, pongamos Madrid, podemos estar de acuerdo en que a una gran mayoría de personas sin un ojo experto nos parecen fachadas bonitas ejemplos muy evidentes; y nos parecen fachadas horrendas otros tantos ejemplos igual de evidentes. Sé de la ambigüedad de esto (bonito, feo, “mucha gente”)


Estos dos ejemplos, creo que para una mayoría desconocedora, nos resultarían, al menos, agradables de ver. Y creo que todo el mundo puede tener en la cabeza ejemplos mucho peores.

La pregunta es: ¿Cuál es la razón para hacer una fachada a todas luces tan fea? ¿Es tan caro hacer una fachada bonita? ¿Es más caro una pared lisa con balcón que una fachada de ladrillo y llena de barandillas metálicas y metacrilatos semiopacos amarillentos típicas de cualquier barrio no premium? ¿Cuando se construyó se consideraba estético?

Edito con un ejemplo de lo que para mí es una fachada fea:

La siguiente es una fachada nueva, recién reformada, que en mi opinión se asemeja a esa sencillez de las fachadas clásicas y queda bonita:

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Hola, Javi, bienvenido.

Yo te respondería a la gallega porque no me queda tan claro a qué te refieres con lo de “a todas luces fea” ¿Puedes poner ejemplos de fachadas feas? ¿y ejemplos de fachadas bonitas pero modernas?

He editado con dos ejemplos más.

Para el caso del edificio de ladrillos creo que el problema es el cierre de balcones, pero si no fuera por ello esos edificios tienen bonitas fachadas.

Y que no desmerecen con las antiguas fachadas decorativistas. Un buen ejemplo donde conviven ambos son estos dos en Príncipe de Vergara esquina General Pardiñas.

El auténtico problema de madrid, las auténticas fachadas feas, son todos estos edificios de posguerra.

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Vale, entonces sí que hay un buen puñado de edificios feos y es posible que sean de esa época. ¿Era una cuestión de costes?

Este tema me interesa profundamente, es una pregunta que me he hecho muchísimas veces y no tengo respuesta. Porque más allá de gustos, si que creo que casi todos entendemos a lo que te refieres. Ya no es solo algo subjetivo como la belleza, a mi hay algunas de las fachadas que muestras que me gustan bastante, pero está claro que hasta la ruptura de la modernidad a principios del siglo XX y sobre todo antes de las grandes guerras, había una alineación entre lo que se construía y lo que se consideraba bello. Y ahora no. En Europa estamos obsesionados con poner en valor nuestro (maravilloso) patrimonio, y en el fondo siento que hay una sensación colectiva un tanto extraña de que todo eso no volverá. Incluso está mal visto construir como antaño. Los famosos “falsos hístoricos”. Ya no se construye así y hay que aceptarlo. Las artes decorativas han muerto y nadie se plantea hacer edificios contemporaneos con elementos decorativos formales o artesanales. El prestigio arquitectonico se busca o a través de la excentricidad formal de gran escala o a través del mínimalismo tecnológico con materiales industriales, grandes ventanales, superficies limpias…

Y a mi me gusta la modernidad pero muchas veces me pregunto ¿que hay de malo en lo de antes, porque está prohibido mirar al pasado salvo para restaurarlo?

Un ejemplo concreto de Madrid: ¿Por qué apenas se construyen fachadas con balcones de forja decorativa con huecos verticales hasta el suelo? Qué hay de malo en esa solución tan típica y estéticamente armónica? Qué tiene intrínsecamente de malo el uso de elementos decorativos de yeso o escayola, que incluso se pueden hacer de forma industrial con moldes? ¿por qué nos gustan si el edificio es antiguo pero nos parecen horteras si es nuevo?

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Hace poco estuvé en Segovia y me fije (por primera vez, debo estar medio ciego) en sus fachadas “esgrafiadas”: Una sencillísima y humilde técnica que se popularizo porque era barata y de gran resultado estético, donde se aplica una primera capa de enfoscado y sobre ella una capa de enlucido más fino con diferente coloración, sobre la que se dibuja un motivo, el cual se talla hasta alcanzar la capa inferior de mortero. Esta técnica se puede hacer de forma tradicional, dibujando a pelo, con la problemática de encontrar a los artesanos o albañiles capaces de hacerlo, o se puede hacer con plantillas más industriales, con costes bajos de ejecución.

¿Por qué es prácticamente inviable encontrar ejemplos como estos hoy en día en edificios contemporaneos?

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Al hilo de tu comentario, una fachada, esta condicionada, por la edificabilidad, la distribucion interior y por factores de normativas aplicables, como superficies computables y no computables.

A esto hay que añadirle el presupuesto que se tiene.

Ademas hay que añadir el buen gusto de la propiedad, la tecnologia disponible en el momento de la construccion y por ultimo las tendencias arquitectonicas del momento.

Juntando todos los condicionantes, obtienes tu fachada.

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Y otro ejemplo. El uso del ladrillo.

¿por qué hemos pasado de una tradición mudejar hasta bien entrado el siglo XX, donde se hacían interesantisimos aparejos de ladrillo, creando elaborados patrones, aleros, arquerías, simplemente modificando la posición de sencillos ladrillos de tejar, a una tradición de edificaciones masivas de ladrillo sin ningún tipo de tratamiento formal: Paredón de ladrillo y hueco rectangular con carpinteria anodina hasta el infinito. Sin cornisas, ni grecas, ni arcos, con horrorosos cargaderos de acero sin los bellos dinteles de ladrillo típicos de nuestra arquitectura.

¿Como se acepta que “esto es pasado”?

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y esto otro es presente y no hay vuelta atrás:

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Poderoso caballero es don dinero.

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Si bueno, esa parte es obvia, pero no es solo eso, hay algo más…profundo en el asunto. Hay soluciones como las que expongo que no son más caras, o en el peor de los casos no son sustancialmente más caras. (hacer un esgrafiado no debe ser más caro que hacer una rehabilitación SATE gris y tristona en un edificio de extrarradio)

¿No importaba el dinero a finales del XIX? ¿Eran nuestras sociedades más derrochadoras? Se le daba más importancia al estatus, o simplemente la decoración exterior proporcionaba más estatus y hoy el estatus se busca de otra manera?

Puedo entender que reserves la mayor elaboración de fachadas a los edificios premium. Pero los edificios premium hoy en día tampoco elaboran las fachadas. Usan grandes miradores de vidrio, formas desafiantes en lo global recubrimientos caros con materiales novedosos, pero siempre con poca atención por el detalle. Se descolocan las ventanas para dar sensación de variedad, complicando y encareciendo los diseños, pero siguen siendo fachadas muy poco elaboradas en lo decorativo. Ese es el patrón: Minimalismo estético, formalismo de gran escala por encima de atención al detalle. Todo muy limpio, está claro que los tiempos piden eso y la gente acepta eso. Todo es mucho más “macro” No es solo una cuestión de dinero. Ves los recrecidos de lujo que se hacen en el centro de Madrid. Y todos tienen una ruptura formal deliberada con el edificio original: menos recargados, sin elementos decorativos… Gente con mucho dinero acepta vivir en viviendas de promoción exactamente igual a otras 7 a su alrededor, y les da igual, algo impensable hace 100 años.

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Vivimos tiempos de cambio, de transicion.
Cuando alcancemos la otra orilla, y el cambio ya este logrado.
Entoces seguro que habra " otro renacimiento".
Entre tanto solo queda. Vivir ese cambio y aportarle fundamento.

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:clap: :clap:

Tiempo atrás seguro que también se construía sin gusto ni arte, lo que pasa es que si se hizo un esfuerzo por conservar algo de aquel tiempo seguramente fue para conservar lo mejor, y eso es lo que nos llega y a lo que más prestamos atención hoy, pero seguro que también había ejemplos de arquitectura de la mala y en abundancia.

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No te creas que no he pensado eso que dices alguna vez, y seguramente en parte sea cierto. Las chabolas autoconstruidas del barraquismo español no las vemos, claro. No pretendo idealizar el pasado. Pero aún así no creo que eso de respuesta completa a la duda que nos trae @JaviM Yo si que creo que en el siglo XX se ha producido una ruptura radical y muy rápida. Un triunfo del funcionalismo y el pragmatismo estético que no hemos asimilado del todo bien, que ha ido degenerando y que aún perdura

Creo que los ensanches españoles (Madrid, Barcelona) nos muestran bien esta idea. Evidentemente un barrio de absorción de Madrid no es bonito, pero responde a una necesidad de urgencia habitacional. Y la miseria que viene a sustituir no la vemos.

Pero los ensanches son otra cosa: Son barrios burgueses desde su concepción, Y tenemos la suerte de que sean una especie de museo al natural de la evolución de nuestra arquitectura reciente. Porque se inician a finales del XIX en lo que sería la fiesta final antes de las caidas de los imperios tradicionales europeos y las grandes guerras, y en el caso de España se culminan muy recientemente. Se inician en un mundo entregado a las bellas artes y el arte figurativo, al romanticismo, al historicismo, al “art nouveau”. Y se acaban en un mundo que ha cambiado completamente, donde el racionalismo ha triunfado y venido para quedarse, hoy en día transformado en un extraño pastiche donde los artistas en general y arquitectos en particular quieren ser formalistas, pero como con vergüenza, sin que se les note, sin filigranas, siempre justificándose conceptualmente y con terror a tocar cualquier elemento que recuerde al pasado.

De un caserío elegante pero más “castellano” con sus balconadas verticales en todas sus formas, se pasa a finales del XIX y principios de XX a unas arquitecturas decorativamente muy interesantes y llenas de creatividad, estéticamente desacomplejadas y al mismo tiempo ancladas en la tradición. Decorativas pero sin el encorsetamiento neo-clásico. Y se puede ver si haces un recorrido desde las zonas más antiguas del barrio de Salamanca o el ensanche de Barcelona a las más nuevas como ese gusto decorativo se va desvaneciendo. Pasas por un racionalismo elegante sin filigranas, pero con un enfasis en la composición, de formas curvas y volúmenes superpuestos. Luego, por la arquitectura de reminiscencias herrerianas (que yo reconozco que me encanta), con su sobriedad elegante y sus toques historicistas, que va reduciendo los elementos decorativos pero que por sus connotaciones políticas se resiste a renunciar del todo a ellos. De ahí se pasa a un estilo puramente moderno, formas puras, fachadas de ladrillo visto o enfoscados lisos, grandes y livianas terrazas con barandillas metálicas sin decoración. Con muchas obras que son de muchísima calidad, pero donde esa tendencia hacia la des-decoración de la fachada alcanza un punto de no retorno.

La racionalidad se lo come todo y es en ese lento proceso como pasamos de que el estandar sea esto:

A esto otro:

Pasando luego por esto:

Y de ahí finalmente a esto otro, impensable 100 años antes:

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Para los edificios de posguerra es que no había nada con lo que construir, es un tema de escasez, casi de miseria.

Para los edificios modernos yo creo que sí es cuestión de costes. Desde que se construye con pilotes se estandarizan muchas cosas.

Me alegro que se haya entendido lo que quería decir a pesar de de lo subjetivo de hablar de bonito o no bonito.

Me ha gustado mucho tu respuesta. Buscaba este tipo de información y conceptos que desconocía (falsos positivos, elementos decorativos formales…).

Y por supuesto estoy de acuerdo en las preguntas que planteas. Entiendo que el prestigio arquitectónico se busque en las cosas que nombras, pero ¿por qué mezclar dos ligas tan distintas? ¿Por qué un edificio de extrarradio (o donde sea), sin grandes presupuestos, tiene que renunciar a soluciones estéticas tan simples y económicas?

Otro ejemplo de fachada que dudo que alguien considere interesante.

Edificio en Móstoles de nueva construcción con balcones a la madrileña.

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A mí me parece horrendo y terriblemente cutre. Casi al nivel del truño que se marcó en Ávila… Ojalá llegue un día en el que no me de ansiedad cada vez que leo que se va a hacer un proyecto nuevo en el centro.

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Hombre, es que sin proyecto de ciudad (el PGOUM no es un proyecto de ciudad) y sin apostar por buenos equipos ni buenos edificios, no se hacen cosas buenas.

Plaza de España peca de cutre, las nuevas dotaciones pecan de cutre, lo del Mahou-Calderón peca de cutre… Hemos pasado en Madrid de una ambición por la arquitectura de autor y los mega proyectos al absoluto contrario.

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