Creo que en Madrid la ocupación está limitada a 1/3 del ancho de la acera y con un mínimo de nosécuántos metros.
En cuanto a lo de poner las terrazas pegadas al bordillo exterior, se hace por cuestiones de accesibilidad, para que los ciegos siempre puedan circular con el plano de la fachada como referencia.
Si mal no recuerdo, la calle Beneficencia es plataforma única hasta justo la esquina trasera del Museo de Historia. Entre el vallado del Museo de Historia (que no entiendo muy bien por qué se hizo) y la construcción del Bastardo Hostel se perdió bastante espacio público en una zona de Madrid a la que bien le hace falta.
Se la debemos a Gallardón. Por una parte entiendo la preocupación por “preservar” la delicada fachada, por otra parte el Conde Duque está sin verja y no le ha pasado nada. Ya se que tribunal los fines de semana no es Conde Duque, pero aun así yo no la hubiera puesto. Y sobre todo, lo increiblemente vulgar y fea que la hicieron. Pdían haber recreado cualquier otro modelo, pero nada, además de innecesaria y enorme, bien fea.
Ni siquiera tengo claro que la terraza incumpla la normativa. Antes de la reforma ese local ya ocupaba un espacio considerable de la acera.
Me da la impresión de que la reforma no ha llevado implícita la actualización de los espacios de terraza, o sea que el plano que pudieran tener tiene poco valor.
Yo achaco el problema a la línea de árboles, con alcorques mucho más grandes que los anteriores, que impide la circulación peatonal. No digo que los árboles sean el problema, pero si la medición del espacio de paso peatonal no tiene en cuenta ese elemento, se genera un problema bastante evidente.
De la terraza a la fachada del local habrá fácilmente 2,5 o 3 metros, pero el espacio peatonal es de 1,5 metros.
Me sorprende que algo tan básico no haya sido tenido en cuenta. El futuro ya me lo estoy imaginando, alguien se cargará los árboles más cercanos a las terrazas y el ayuntamiento pondrá una losa para cerrar los alcorques.
En mi ciudad es un 50%. Diría que, en la práctica. es más. Desde esta mañana voy por la calle mirando terrazas e plazas y contando baldosas de aceras a lo ancho que ocupan terraza y zona de paso.
Y sí, ya sé que se busca los invidentes sigan la línea de fachada, Pero no es menos cierto que, en la práctica, se traduce en que la acera es ocupada casi por entero por usos hosteleros, con camareros cruzando, gente que entra y sale (ambos peligrosos para ciegos), toldos que vuelan desde la fachara al extremo de la acera…
Seguro que se pueden arrimar a las fachadas sin que las personas con diversidad visual se pierdan en la acera: desde baldosas o adhesivos pododáctiles que, además, limiten la acera, hasta cierres adaptados. Juraría que, en eso, la normativa española es una excepción.
Diría que lo peor de ese cruce con Espoz y Mina es la sempiterna linea de coches que atascan la calle de la Cruz, que le viene el nombre al pelo, porque vaya cruz transitar por esas aceras de medio metro, escurriéndose entre cubos de basura, chismes publicitarios, bolardos, y coches. Cuando se decidan a petaonalizarla, podremos plantear algo medianamente más decente que esos parterres de medio pelo con sus cubiletes de piedra.
Esa verja de diseño carcelario hay que quitarla, pero para sustituirla por otra digna del edificio histórico al que está protegiendo de grafitis y meadas en la fachada.
Quizás si la terraza no estuviese ilegalmente pegada al banco, los que están con los pies por encima del parterre los tendrían hacia dentro. Pero claro, ya pedir que se cumpla la ordenanza de terrazas es ciencia ficción al cuadrado.