En mi opinión lo que se hace en la patria de los petrodólares no tiene nada que ver con el kistch sino con lo ostentoso. El kitsch está más cerca de lo cursi, de lo relamido, hay una pretenciosidad involuntaria en el kitsch que fracasa estrepitosamente. Yo, por mi parte, más allá de alguna cosa muy bien parida como el Puppy de Jeff Koons delante del Guggenheim de Bilbao que sería kitsch, lo veo muy poco recomendable para hacer urbanismo. El osito verde de gominola de la rotonda de Boadilla intenta lo mismo y sale fatal:
A mi los listones de latón me gustan más que las luces, me parecen más elegantes para esa plaza. Pero en la fotos que mostráis se ven demasiado finos y en tramos inapreciables, entre el material de relleno de los tacos de granito.
Una idea puede ser interesante en la cabeza y sobre plano, pero hay que ejecutarla minuciosamente bien en los detalles…