Compruebo con disgusto, y si he interpretado bien planos y dibujos, que la “integración” de los restos arqueológicos se solventa con una especie de “colina” en medio de lo que en la actualidad es Bailén.
Y que sobre ella pasa un carril bici, quedando a ambos lados, taludes mediante, una acera que atiende a las servidumbres del caserío de Bailén y al otro, y tras demoler el muro de contención que separaba Sabatini de Bailén, unos cinco o seis metros por debajo de la cota del carril bici, pasa un sendero que haciendo un arco y una bajada primero desde la losa sobre San Vicente hasta Sabatini para coger después pendiente arriba hasta Oriente, será el nexo peatonal entre España y Oriente.
Sinceramente, de ser tal y como lo he interpretado, flipo.
Porque no sólo complica innecesariamente la topografía del ámbito, compleja ya de por sí, sino que crea una topografía artificiosa y desorientadora, desvirtúa el carácter casi “íntimo” y recogido de Sabatini, rompe con las tradición de jardín francés y español utilizada hasta ahora en esa zona, y, para colmo, complica más de lo ya lo era la relación entre San Vicente y Plaza de España, con esas escaleras o gigantes o diminutas y complicadas -por no hablar de la ocurrencia del ascensor- o esas rampas empinadísimas. Por cierto ¿hay un tunelillo bajo los restos? ¿Es el acceso a las ruinas?
Y para colmo, genera dos enormes bocas de túnel desde San Vicente, que rompen por completo con la plaza.
Sinceramente, lo que veo no me gusta nada. Simpre pensé que, aún sin convencerme, el proyecto iba a mejorar algunas relaciones entre elementos del ámbito. Pero ahora no lo tengo nada claro.
Creo que es el momento de pasar a la acción para paralizar esta obra, dar un finiquito a los proyectistas de este dislate, repensar todo el entorno, y rehacer todo lo hecho, sin dudar en posibles demoliciones.
Esto es un desastre.