No funciona Bailén, porque como dejé patente con las fotos del otro día, se conduce al paseante por estrechos caminillos, a cuatro niveles distintos entre taludes y hormigón, de forma que camina apretujado, sin espacio para la parada y la contemplación, como sí sucede 50 metros más allá, en la explanada frente a Bailén.
No funciona Plaza de España porque la gente se arracima y se estorba en la clonfluencia de los dos caminos diagnonales, justo frente al monumento, donde además la gente se para a sacarse fotos, sin que se haya previsto espacio estancial alguno.
No funciona el espacio frente a Cervantes, en parte por lo ya comentado antes, pero también porque se colocado una barrera floral entre monumento y flujo de personas, de manera que han tenido que acordonar el jardincillo.
No funcionan la conexiones con San Vicente. La gente llega resoplando tras subir las escaleras pegadas a Sabatino, mientras que, si quieres acceder por la otra escalerilla, llena de recovecos, puedes encontrarte con un atasco de gente, como ocurría el otro día con un grupo jóvenes.
No funcionan los carriles bici, que requieren una “ruta salvaje” para acceder de San Vicente a Bailén (de hecho, los ciclistas suben por las escaleras con la bici a cuestas). Para colmo, se les ha reservado el mejor sendero de Bailén, de forma que, pese a la señalización, el carril bici suele estar ocupado por viandantes buscando la panorámica.
Funciona relativamente bien la conexión Bailén-Ferraz, si bien con el problema de Bailén, de la salida de los túneles y de extraños escalones en plena losa sobre San Vicente y de esa fuente extraña -y de sonido apagado por el cercano de San Vicente- justo a la entrada principal de Sabatino.
Funciona relativamente bien el espacio sobre la losa, generando espacios estanciales en los que hay músicos callejeros, bancos, etc. y nuevas vistas que, además, no podrán ocultarse bajo un arbolado que no se puede plantar sobre hormigón.
Y funciona bien la zona de juegos.
El urbanismo tuene que ser funcional. Y además de funcional, bello, agradable, y si me apuras, sostenible… y barato. Plaza de España no cumple con ninguno de esos requisitos.
Y no vale decir que está sin terminar. Es que era algo que se veía desde los primeros pasos del proyecto.