Los parkings son negocio seguro. Y estoes tan cierto como que por mucho que tú lo digas, la ciudad no tiene una red de servicios públicos unicornios que se te aparece a los pocos metros cuando los necesitas, más aun si eres persona mayor, no puedes consumir, etc.
Dime qué empresas han buscado renunciar a la concesión de su parking porque no sea negocio viable.
Regodeémonos en los grandísimos gestores de ciudad, que no son capaces de gestionar una red de parkings municipales, regalándole millones beneficios a un privado por ahorrarse un gasto a corto plazo. Y si no son millones, serán cientos d emiles de euros de los que las arcas públicas no andan sobradas. Y si realmente son tan pocos euros, ¿por qué se iban a arriesgar a no ganar apenas realizando tanta inversión? Ya te lo digo yo, porque es de sobra conocido que los parkings son negocio seguro.
Yo ya he comentado que cada decisión tiene sus pros y sus contras, aunque solo tú veas los pros de una y los contras de otra. En verdad le gestión es la adecuada según las preferencias de los madrileños. En Madrid se ha votado por un modelo económico algo más liberal en el que prima la gestión privada en este tipo de operaciones, no la pública.
Para incrementar la recaudación no hace falta que el Ayuntamiento gestione un parking que no va a generar beneficios netos a las arcas municipales hasta quizá dentro de diez años, basta con permitir que la actividad privada pueda desarrollarse y a partir de ahí recaudas lo que se considere necesario en cada momento. Ese es el modelo elegido por los madrileños. Y está bien que así sea.
Por lo demás, darle tanta importancia al coste de oportunidad de lo que se podría o no haber ganado, desde una perspectiva de recaudación pública, digo, a mí me parece poco relevante en este caso. Probablemente el Ayuntamiento de Madrid (o la Comunidad) va a recaudar más en términos netos con el fichaje de Mbappé por el Real Madrid que lo que recaudaría con la gestión hipotética de ese parking en las próximas dos décadas. Pero a quien le apetezca seguir analizando con microscopio la aguja en el pajar en vez de los elefantes que hay en la habitación de la economía nacional, que afectan mucho más a las arcas municipales que esto, que siga a lo suyo. Madrid también sigue a lo suyo.
A mí no me parece mal que se conceda la explotación de aparcamientos públicos a empresas privadas. No creo que sea un servicio que deba prestarse necesariamente desde el sector público. Ahora bien, es fundamental que el proceso sea siempre transparente y suficientemente competitivo, para asegurar que el ayuntamiento recibe un canon adecuado por la concesión,que refleje su verdadero valor de marcado. Del mismo modo que prefiero que sea el ayuntamiento quien asuma directamente la reforma y adecuación de los espacios públicos (me refiero al coste y al poder de decisión). Cuando en ayuntamiento cobra o paga en urbanismo, el proceso tiende a ser más confuso, menos transparente, menos competitivo, y deja más margen para favoritismos y cambalaches. Tengo la impresión de que, como resultado, acaba redundando a la larga en mayores beneficios para las empresas privadas y un mayor coste (financiero o en calidad del espacio urbano) para los ciudadanos.
Podemos ser todo lo diplomáticos que queramos, pero al final del día hay una serie de familias que llevan gestionando los mismos aparcamientos desde los años 60.
Chascarrillo: hace años en una reunión con el concejal de Centro (José Enrique Núñez), sabiendo que la concesión del parking y de los edificios de la plaza de la Luna estaba cercana a su fin, le pedimos que el parking fuese de residentes y que los edificios se destinasen a dotaciones. Nos dijo que se estudiaría. Pasaron los meses y en otra reunión le preguntamos si ya habían decidido qué hacer y nos dijo que como se habían hecho obras de mejora en el parking (poco más que chapa y pintura) habían decidido ampliar la concesión. Entonces no sabíamos que el concesionario pagaba 383 euros (o menos) por los 10.000 metros de los edificios municipales. Lo que se dice un regalo.
Se refiere a la familia Franco, creo. ¡Cómo vamos a cerrarles unode sus chiringuitos! Ni que fueramos la vieja comunista esa de antes de Almeida. Un alcalde como dios manda, beato, discreto y sumiso.
