Hay un factor que, en general, no se está teniendo en cuenta a la hora de valorar una posible reducción de carriles en Bravo Murillo y su hipotética afección a la zona de Tetuán. La inmensa mayoría del tráfico que soporta la calle no es tráfico de los residentes del distrito, sino tráfico de paso, de “entrada” a la ciudad, que lo que quiere es mucha velocidad y pocos semáforos. Son coches que ni paran en Tetuán. En ese sentido, su alternativa natural desde Plaza de Castilla sería más la Castellana que otras calles paralelas como Infanta Mercedes.
Aquí lo que se pide desde los colectivos y asociaciones vecinales no es inhabilitar el acceso en coche en la calle, sino limitar de una manera efectiva su velocidad de paso (y por tanto, el ruido constante y la contaminación asociada) y aprovechar para mejorar el espacio peatonal. Unas aceras que sí, son ridículas para la afluencia que tiene la calle a partir de Cuatro Caminos, muy especialmente en su tramo norte, a la altura de Valdeacederas, donde por no haber no hay espacio ni para arbolado ni para introducir accesibilidad universal en las estaciones de metro con un ascensor. Con la reducción de dos carriles podría mantenerse perfectamente bidireccional, quedando un carril para cada dirección (más los dos carriles bus taxi), o bien estudiar alternativas para que sea de una sola dirección con dos carriles, pero para eso habría que reestructurar el flujo de tráfico de la zona, como habéis comentado algunos.
Otra cuestión que parece obviarse es el efecto de evaporación del tráfico que se produce cada vez que
se limita el protagonismo del coche en un eje urbano.
Y también es necesario recalcar que Bravo Murillo (tamo Cuatro Caminos-Plaza Castilla) no es una calle que se distinga por su densidad de tráfico. No se registran atascos y, en general, no hay circulación densa. La molestia proviene de la velocidad que llegan a coger los coches, motos y camiones, pero es una vía claramente sobredimensionada para su tráfico rodado. Así que ni siquiera desde un punto de vista “cochista funcional” se justifica mantener el número de carriles, incluso si se quisiese mantener el flujo actual.
Terminado ya el huracán cortylandia y con tráfico de vehículos normal -no muchos-, la Plaza del Celenque pide a gritos una peatonalización integral y quizá un diseño que devuelva su estado a Plaza y no a Calle como se asemeja actualmente.
La entrada al hotel es magnífica pero claro, el entorno no acompaña…
Ojalá una reforma ambiciosa incluyendo la Plaza de las Descalzas. El potencial es increíble, no comprendo cómo se lanzan antes a reformar en 2023 plazas como las de Dalí o Tirso antes que estas.
Lo de la Calle Conde-Duque clama al cielo. Apenas tiene tráfico y actualmente hay calzada para dos carriles más una franja de aparcamientos, lo que resulta en unas aceras, sobre todo la de los pares, totalmente impracticables para cualquier calle y más para una que se supone que es la vía vertebradora de un barrio. Incluso si no quisieran eliminar plazas de aparcamiento, hay margen para ensanchar las aceras en dos metros.
Cuando se anunció la peatonalización de Conde-Duque algunos vecinos de la calle se echaron a temblar. Es una calle muy tranquila, sin apenas tráfico, con poca gente que la transita. Más de uno temía que la peatonalización facilitase la colocación de terrazas como si fuese la calle Argumosa.
Es que, por desgracia, desde el Covid, que te ensanchen una acera delante de tu casa es para ponerse a temblar. Una idea que, en principio, es buena y positiva para todos, se puede convertir en un auténtico suplicio. Rápidamente, hasta un local de empanadillas argentinas, te saca 5 mesas.
La peatonalización de Recoletos debe ser en el metaverso, porque a día de hoy (ayer, más concretamente) siguen pasando los coches, y no sólo los de residentes.
Esas “peatonalizaciones” son de hace unos dos años. La de Recoletos se refiere a la calle Recoletos (que no al paseo).
Han consistido, en general, en pintar un cuadrado azul con muñequitos que representan niños y adultos, en el suelo, al comienzo de la calle. Se conserva la configuración de vía con calzada y aceras en dos niveles, sin molestarse siquiera en quitar los bolardos donde los hay. No hay nada más que el mencionado cuadrado pintado, ya oscurecido por el tráfico y la suciedad, que haga intuir que es peatonal. Ni señalizaciones visibles, ni color de calzada, ni mobiliario o barreras, maceteros… Nada. De facto hoy siguen siendo calles de tráfico, los vecinos no han tomado esos espacios o identificado que puedan transitarlos de forma segura y la medida se ha demostrado un paripé.
En Tetuán, como decís, es sangrante. Escogieron un tramo, la calle Tenerife, por el que prácticamente no pasaba tráfico antes, por lo que que sea “peatonal” es anécdotico, y más con el problemazo de tráfico y de falta de espacio peatonal que tenemos en el distrito.
El distrito que dirige Borja Fanjul ha peatonalizado 135 metros de las calles de Hermanos Carpi, entre la avenida de Peña Prieta y la calle de Puerto de Tarancón, y esta misma, entre la calle de hermanos Carpi y Miguel Palacios. La actuación transformó el entorno en un espacio de zona cero emisiones de 1.276 metros cuadrados. En las inmediaciones se sitúa un pequeño parque con zona infantil.
Es que ahí es donde llegan, como mucho, los turistas, las peatonalizaciones son para ellos y para instagram
En fin, le hemos dado tanta caña a las super illes y resulta que nuestras peatonalizaciones son así, a veces peatonalizando una calle de un distrito con la población de Coruña o Granada.
Pues hubiera preferido algo más contundente. Aunque esto no se hiciera del todo bien, por ejemplo:
