Totalmente deacuerdo contigo. Más que trascendencia arquitectónica o artística (que los historiadores sí que conocen nuestro palacio, le falta FAMA entre el público general. Poca gente lo conoce.
Yo pondría varios motivos: no sale casi nunca en televisión. Pocos actos “brilli brilli” en la puerta y en sus mediaciones (Buckingham, con una fachada que no tiene ni 100 años, es conocido en todo el mundo por su cambio de guardia DIARIO.
Los desfiles, cambios de guardia, los trajes , las carrozas… eso da solemnidad y es muy vistoso.
Ya que tenemos guardia real, usémosla a diario como si los reyes vivieran ahí (en realidad sigue siendo la residencia oficial de los reyes). Algo así llenaría la plaza de la Almudena o la de Oriente de turistas todos los días.
Londres en eso nos lleva un siglo de ventaja. Todos los turistas que van a Londres ven el cambio de la guardia, hacen fotos y lo cuentan al volver a casa.
No hay desfiles frecuentes en la calle Bailén, o marchas con banda de musica etc, como en Londres (y ahora la reforma de Carmena-Almeida ya imposibilita para siempre cualquier desfile al no haber ya calle de Bailén).
No haber aparecido en casi ninguna película ni serie de TV. Parece una tontería pero mucha gente conoce los Nuevos Ministerios gracias a la serie “la casa de papel”, idem con el Banco de España por una película reciente.
Y por último, que se visiten a penas una docena de salones oficiales, de un palacio que tiene miles de habitaciones. En Versalles se visita (en pequeños grupos y con entrada aparte, ya que hay varias modalidades de visita) las habitaciones privadas de luis xv, o las de maria antonieta, o las de luis xvi, incluyendo hasta el baño con el retrete).
Reconstituir el aspecto “antiguo régimen” de los salones y reamueblarlos ha contribuido mucho también al éxito de Versalles. Buscar el aspecto de autenticidad, el “así era”. Aquí pasó esto, aquí lo otro. La gente busca con la mirada en Versalles en el dormitorio de la reina, la puerta camuflada por la que huyó Maria Antonieta a las habitaciones privadas de Luis XVI cuando la multitud intentaba entrar a sus habitaciones al inicio de la revolución.
Si en Madrid estuviera montado el dormitorio de Carlos III con sus espectaculares colgaduras en las paredes, su cama y su mobiliario, sería espectacular. Idem con los despachos del rey. A la gente le gusta ver donde dormían, comían y trabajaban los reyes. Y en Madrid tenemos la suerte de conservar casi todo el mobiliario original. Aunque lo tenemos guardado o disperso por otros lugares que no le corresponden.
El ala de San Gil sí conserva el las habitaciones donde vivieron Alfonso XII y Alfonso XIII. A la gente le encantaría ver el dormitorio se Victoria Eugenia, o el de Alfonso XIII, que se conservan tal cual los dejaron en 1931.
En las visitas además de decir que el fresco es de tal artista o el cuadro de tal otro, si dieran algunos apuntes históricos… poca gente sabe por ejemplo que la revuelta Madrid del 2 de mayo se inició cuando la gente vio que los franceses se preparaban para llevarse a Francia al infante, por la puerta del príncipe (plaza de oriente). O que joyas como las Meninas o los filósofos de Velázquez colgaban en el palacio. Se sabe hasta en qué pared estaban. Como el “matrimonio Arnolfini” de Van Eyck que nos robaron los ingleses.
Detalles así hacen interesante una visita.