Pues, ale, como aquí a nadie se le cae la cara de vergüenza por mentir, y en la Consejería de Transportes especialmente, pues todos contentos con la explicación. Porque claro, ¿a quién no se olvida un día cualquiera sumar 8 millones de euros? Si es que eso no va a ninguna parte.
Desde luego es un despropósito, se debería legislar de forma restrictiva al respecto y pedir responsabilidades políticas, empresariales o del tipo que fueren, y que respondiesen con todo el peso de la Ley y patrimonio personal.
Está claro que por circunstancias pueden surgir sobre costes, pero un continuo huele muy mal.
Yo creo que los sobrecostes son algo prácticamente imposible de evitar en una obra, ¿alguien se ha reformado un baño o la cocina de su casa sin sobrecostes?.
Lo que falta es primero honradez y supervisión en la licitación, y después sinceridad en los responsables de dar explicaciones. Si a mí me explican los sobrecostes, como los hay en mi cocina, los entenderé.
Si tratas de salir por la tangente diciendo que había partidas sin sumar, entonces creo que me están tomando por idiota.
También hay que tener en cuenta que los periódicos les interesa hablar de sobrecostes, en esta obra y en cualquiera que sea pagada con dinero público. A mi esta explicación de lo sucedido me parece bastante razonable:
Entre las partidas no contabilizadas en la información original facilitada a los medios de comunicación están, por ejemplo, las destinadas a interiorismo y seguridad, de 4,1 y 1,6 millones respectivamente.
Obviamente si inicialmente se anunció el coste de la “obra” partidas como la seguridad no deberían computar. Creo que es un problema en la definición de lo que se entiende por el presupuesto de una obra. En el Zendal pasó algo parecido, se dió un presupuesto para la obra y tiempo después aparecieron medios usando la palabra “sobrecostes” cuando se licitaron algunos servicios imprescindibles pero que no tenían nada que ver con una obra de edificación.
Algo así me imaginaba, luego podemos discutir si 4 millonacos en interiorismo es una factura razonable, porque no creo que haya griferías de oro y mármol de Carrara.
En caso de poner una ley de transparencia que obligue a informar de todas las partidas… Creo que esas seguirían sin entrar, por tanto también me parece una respuesta razonable.
Al final, cuando compras una casa, el constructor no te mete en el precio los 100€ de una instalación nueva de internet, o los muebles de Ikea… Etc.
Luego sí, como dicen, es analizable si el interiorismo cuesta eso (aunque son muchos metros cuadrados). Pero no puede ser un sobrecoste si no está en el contrato y es un contrato posterior con otras empresas.
Una cosa importante que pasa en el Zendal y que tenemos que tener en cuenta;
Un sobrecoste es que el constructor te diga que un muro cuesta 1 millón y aparezca un resto arqueológico que haga que haya que pagar a los obreros por los días que no se puede trabajar. O por ejemplo que suba el precio del material. Es decir: un sobrecoste es ir a por tomates a Alcampo, que en el lineal diga que cueste 1.10 el kilo y en caja 1.49… por exactamente el mismo producto, esa es la clave.
Ahora, en el Zendal dices: “quiero tres pabellones con este sistema de ventilación” y el constructor dice pues son x millones. Vale…
Pero al mes y medio a alguien se le ocurre que se va a vacunar en el Zendal y que el sistema de vacunación del pabellón 3 tiene que ser más potente porque va a estar entrando gente. Entonces el constructor dice “eso son 4 millones más que el que íbamos a poner”. Y tú le dices que vale, que lo ponga.
Eso NO es un sobrecoste. Es una ampliación de obra.
Una cosa es reformar la cocina y que el horno que quieres se encarece de una semana a otra por la crisis de los chips… Y otra es que "ya que estás reformando la cocina, arreglame la habitación también "
Nadie culpabiliza a los constructores en este caso. Aquí la CAM anunció que el Zendal costaría una cantidad X, y ya va por una cantidad superior. Es un problema de previsión de la CAM.
Eso que has contado suena bien, pero la realidad es menos bonita.
La realidad es que la CAM te dice “quiero tres pabellones con este sistema de ventilación”. Y tú, constructor, estás en un concurso de licitación, por lo que tampoco puedes perder mucho tiempo/dinero/esfuerzo haciendo un cálculo ajustado de lo que de verdad cuesta, así que das un número gordo, normalmente a la baja o la muy baja, que si no no ganas el concurso, y luego, si lo ganas, pues seguramente el sistema de ventilación cueste mucho más de lo que has dicho que iba a costar, pero claro, ese precio ya está pactado y no se puede cambiar, pero sabes que no hay que asustarse, que siempre podrás añadir una partida no prevista/no sumada/ampliada, en cuyo importe se absorben todo lo que ha costado realmente más de lo que decías que iba a costar.
Una vez empezada la obra, el constructor sabe que tiene la sartén por el mango, sea el Zendal o tu cocina, porque sea Ayuso o seas tú, lo que se quiere es acabar la obra cuanto antes.
Un amigo (que conoce bastantes entresijos del sistema) hace pocos días hablando sobre los costes de la obra pública y la realización de proyectos aparentemente innecesarios, me dijo que los políticos siempre tratarán de hacer obras nuevas porque ahí es donde pueden sacar “beneficios” personales: a través de los sobrecostes “imprevistos”, aplicable a cualquier partido político, sea del partido e ideología que sea.
Yo, siempre he creído en la honestidad de muchos gobernantes, y jamás había pensado en eso antes.
No quiero pensar que detrás del Zendal haya comisiones, y que se decidiera construirlo cuando quizás habría sido innecesario hacerlo teniendo pabellones vacíos en otros hospitales como he oído tantas veces.
…
Honestamente… no sé que pensar (y no hablo del Zendal, hablo de tantos y tantos proyectos que acaban con su coste multiplicado varias veces por su presupuesto inicial), e insisto: me da igual un partido que otro, fuera ideologías por favor.
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Como ciudadano que paga sus impuestos y quizás peca de buenismo a la hora de pensar que quien nos gobierna es competente… ufffff no sé que pensar. Pero muchas veces pienso que quizás mi amigo tiene razón (y eso me deprime).
Pero en cualquier caso tengo una cosa bien clara: si una obra se ha presupuestado y la variación en el coste final es muy grande… la responsabilidad es del político que gobierna o de quien toma la decisión: es un PUT. INCOMPETENTE y no sabe gestionar, y debería tener responsabilidades que asumir (incluso penales llegado el caso), y si no… que no se dedique a tomar ciertas decisiones:
El Estado y las autonomías y ayuntamientos no dejan de ser unas empresas, con sus ingresos y gastos que hay que saber gestionar, y para tomar decisiones millonarias se necesitan profesionales, no enchufados de partido (del partido que sea).
Pienso que nos faltan auditorías serias, y mucha más transparencia para que los “accionistas” que invertimos (pagamos impuestos) sepamos que todo se hace correctamente y con eficacia y eficiencia, y no que encima los gobernantes se atrevan a ocultar en qué gastan el dinero de todos y cómo toman sus decisiones.
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Gastar con el dinero que no es de uno propio (sino de todos los que pagamos impuestos) es muy fácil, y mucho más aún si no se les exigen responsabilidades. Seguro que ese gobernante que toma estas decisiones no se equivoca en el presupuesto de la obra de su casa en cientos de millones, seguro.
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y perdón por la chapa que acabo de soltaros ( y el off-topic)
Si partimos de la base de que las mayores auditoras del mundo han sido pilladas en pufos una y otra vez, como, por ejemplo, dando máxima fiabilidad a una empresa seis meses antes de su quiebra, y se las sigue contratando… llegaremos a la conclusión de que la «problemática» atraviesa todo el sistema.