Voy a tirarme una chapa, que me perdone @Sarek, 
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Yo solo soy un simple gran aficionado a la arquitectura, pero interpreto que a la hora de analizar la arquitectura moderna, (las ciudades cambiaron con la aparición de las máquinas, el ascensor, y el éxodo de la gente de los pueblos a las ciudades tras dos guerras mundiales), se debe hacer desde un prisma de esa época; todo lo contrario sería errar en lo retrospectivo.
No es lo mismo como eran las ciudades en el s. XVIII, que en el XX; ni tenían las mismas necesidades urbanas y menos edilicias; la arquitectura moderna yo la observo desde un punto de vista donde todo, absolutamente todo, había que inventarlo desde cero; para bien o para mal, el concepto nuevo de ciudad se alejaba para siempre de la ciudad medieval, el urbanismo ilustrado, la ciudad jardín o los ensanches decimonónicos.
España siempre intento acercarse a la vanguardia europea, pero con esa losa de seguir siempre construyendo historicismo eclécticos, donde esa supuesta modernidad aplicada en el ensanche, en verdad seguían siendo entre medianeras, fachadas alineadas a la calle, y más cerca del Art decó ; el punto de inflexión madrileño fue la “Casa de las Flores” de Zuazo, en un solar sin ninguna medianera que le molestara.
La guerra civil trucó ese vago intento de cambiar la arquitectura capitalina, cuando al terminar la contienda, no sólo había que reconstruir, sino que el nuevo clima patriótico impuso un estilo arquitectónico alejado de lo internacional, por considerarse ajeno a lo “español”, y dirigirla hacia una mirada nostálgica a las épocas imperiales pasadas; esto hizo que la arquitectura de posguerra se basará en la tradición, lo vernáculo, el regionalismo, y el estilo “herreriano” como cabecera de cama de “todo arquitecto”.
Ya acabo.
Por eso hay que valorar a estos “modernos y olvidados”, que con la llegada de los americanos y cierto aperturismo de la dictadura, renovaron las ciudades y se enfrentaron a los nuevos problemas ; fue una arquitectura de superación, de pioneros del “prueba y fallo”, de estudios de nuevos materiales, nuevas distribuciones de planta, la búsqueda de la calidad de los espacios, etc, etc, en una época donde surgieron nuevas tipologías a las que éramos ajenos: oficinas, edificios industriales, de ocio, comercio, turismo, etc.
La pena es que la ciudad moderna y el problema del espacio para el coche, trajo la desaparición de los bulevares o la destrucción de patrimonio, en un desmadre de “modernidad mal entendida”.
Pero entre toda esa hojarasca, hay un resquicio de esperanza para valorar a : “los pioneros que tuvieron que inventar todo desde 0”.
Yo estoy intentado hacerlo y compartirlo.
Ahora ya, que cada uno saque sus conclusiones.
PERDÓN POR ESTA ENORME CHAPA.