Una de niños, en dos edificios que me parecen curiosos, tanto desde un punto de vista histórico como arquitectónico. Y por supuesto si alguien lo quiere leer. Es solo un poco.
Casa-cuna Nuestra Señora de las Mercedes.
La Guindalera
Luis Gutierrez Soto, (1934).
Fundación benéfica promovida por Doña Mercedes Castellanos, para acoger niños de 0 a 3 años de mujeres trabajadoras.
El carácter de la obra, requería un adecuado solar de buen soleamiento e higienización, en lo que en aquellos años era la Colonia de hotelitos Iturbe-3;
Volumen en forma de L de brazos abiertos, no perpendiculares, y en ángulo achaflanado, donde al principio contaba con dos plantas en Francisco Silvela y de una en Avda Toreros, esta retranqueada, para que respetara las alineaciones de los hotelitos.
En la parte de dos plantas a Francisco Silvela,la planta baja tenía, (y tiene), la entrada, hall, espera de madres, laboratorio, dispensario y dirección, y a la esquina del lado curvo la escalera;
El lado curvo tenía la sala de juego de niños hacia exterior y cocina hacia el patio interior, y partiendo desde aquí, un corredor con sala de curas, camas de mayores, baños y los WC para los niños;
El ala de una sala planta a Avda de Toreros era la residencia de las monjas.
Al poco se añadió una nueva planta, con terraza hacia el patio y ocupando parte de este, con la idea de mejorar las instalaciones, respetando los criterios compositivos, sin romper y posibilitando su lectura unitaria.
Obra personal, de gran factura, de inteligencia en la distribución interior, adscrita a la corriente racionalista de los años 30, como es el ángulo curvo, òculos, guardapolvos, ventanas corridas, etc, pero sin llegar al expresionismo del Barceló.
Fuente :COAM
Hogar-cuna de la Colonia Metropolitana.
Navarro Sanjurjo y Pedraza Munera. (1943).
En un programa de Auxilio Social de adaptar edificios escolares dañados por la guerra, y debido a las penurias económicas, este antiguo colegio de los Padres Marianistas, de estilo ecléctico, al lado de los hotelitos de la Colonia Metropolitana, muy dañado por estar cerca del frente de la Ciudad Universitaria, se reconvirtiò en “hogar-cuna”, para niños de 0 a 3 de años de lo que más había en esos momentos, huérfanos por la guerra.
La arquitectura, de un sereno porte clásico - regionalista, y debido a la curvatura de la calle, en un desarrollo quebrado, asumirá rasgos de modernidad, de orgànicas evocaciones, con la superposición unificadora de una amplia crujía abierta a fachada, en una aterrazada galería de estimulante soleamiento para el recreo de los niños, desde los adjuntos dormitorios y cuartos.
Si la parte trasera conserva reminiscencias del anterior soporte (colegio), el actual frente aterrazado transfiere la vitalidad y ligereza de la escueta malla estructural de forjados y pilares de ortogonal secuencia, rematada por gran cornisa impostada.
Fuente: COAM