Este artículo narra muy bien cuando empieza la deriva económica de la casa medinaceli. Que el duque se casara en 1939 por 2º vez tras la muerte de su 1º esposa en 1938, y tuviera una hija más con ésta influyó mucho para que la heredera y futura duquesa (Victoria Eugenia) se quedara sin recursos haciendo que el gran patrimonio acumulado durante siglos por los sucesivos duques saliera de la rama principal, y se dice que dejando prácticamente sin recursos a la heredera de los títulos, Mimí.
“El duque, Luis Fernández de Córdoba y Salabert había contraído matrimonio en Madrid, en 1911, con Ana María Fernández de Henestrosa y Gayoso de los Cobos, que era dama de la reina Victoria Eugenia, e hija del VIII conde de Moriana del Río, también grande de España. Victoria Eugenia nació en 1917 y su hermana, María de la Paz, en 1919. La Duquesa consorte de Medinaceli falleció, en 1938, pocos meses antes de la boda de su primogénita, Victoria Eugenia, con Rafael de Medina y Vilallonga. Y el Duque, su padre, se casó en segundas nupcias el 22 de diciembre de 1939, algo más de un año después, con María de la Concepción Rey de Pablo Blanco. De esta unión nació una hija, Casilda Fernández de Córdoba Rey, en 1941.
El escándalo por este matrimonio en la sociedad del momento fue grande. Por el origen de la novia, que no era noble, por su juventud y porque ya era madre de dos hijos. La joven no se ajustaba a los cánones establecidos para la esposa de un duque, y mucho menos si ese duque era el de Medinaceli. Hay quien dice que era una cocinera que trabajaba en el palacio familiar, pero también que era una chica de clase media de buena familia cordobesa. La nueva duquesa aportaba dos hijos, María del Rosario y Fernando Matute Rey. Había nacido en 1919 y se casó con el Duque de Medinaceli en 1939, con apenas veinte años, un 22 de diciembre, mientras el novio rozaba los 59. La ceremonia se celebró en Madrid en la Basílica de la Milagrosa y tras la boda, el matrimonio se instaló en el Palacio de Colón. Allí continuaban las reuniones familiares.Los problemas graves empezaron cuando el Duque falleció, en 1955, y se procedió a la lectura del testamento. Parece que el grueso de las propiedades familiares quedaba para la segunda esposa y la hija de ambos, dejando a Victoria Eugenia y a su hermana María de la Paz la legítima únicamente. La tercera hija heredó el Ducado de Cardona que había entrado en la Casa Ducal de Medinaceli en 1697. Esta decisión del Duque afectaría profundamente a la Casa de Medinaceli, haciendo que el gran patrimonio acumulado durante siglos por los sucesivos duques saliera de la rama principal, y se dice que dejando prácticamente sin recursos a la heredera de los títulos, Mimí. Numerosas propiedades y obras de arte (entre ellas diversos cuadros de Brueghel el Viejo, Pantoja de la Cruz, Lucas Jordán o Goya) pasaron a la madrastra y la medio-hermana de la XVIII Duquesa de Medinaceli.
Mimí era Duquesa de Alcalá y heredaba todos los títulos de su padre, la Casa de Pilatos, y el Palacio de los Duques de Alcalá, la parte de Pilatos que ocupaban ella y su marido, desde de su matrimonio en 1938. También heredaba algunas fincas, y todo el resto de castillos y palacios antiguos de la familia. Su hermana María Paz, duquesa de Lerma, heredó la Fundación Tavera en Toledo, creada por sus tíos, los anteriores Duques de Lerma, con su colección de cuadros de El Greco. El problema es que la nueva Duquesa no podía tocar ni un cuadro de la Fundación, ni el edificio, y esto originó grandes problemas en la familia. Su tercera, hija, Casilda, heredó también gran cantidad de fincas pero las fue vendiendo poco a poco, y fue quien pleiteó en los tribunales con la familia reclamando más propiedades. Y parece que salió ganando. Murió en 1971, a la edad de 52 años. Los rumores no cesaron. El magnifico palacio de los Medinaceli de la Plaza de Colón, de Madrid, fue vendido y derribado, en los años sesenta”.