Sin duda le has afeado vehementemente el uso del vocablo «cayetano» a @boiler porque no tienes ninguna afinidad de ningún tipo con los aludidos, sino por un mero hipercorrectismo en los modales de uso del lenguaje, considerando el uso de términos coloquiales despectivos como improcedente para el moderador.
Sin duda.
Voy a fingir que me lo he creído.
El problema no es que se hable de cayetanos, el problema es que existan.
Que pena de foro. Pero creo que sigues sin enterarte de que va la cosa, no me sorprende.
Fingir lo que queráis, yo no fingiré que la moderación tiene un sesgo claro que como coincide con el tuyo has salido a defender a capa y espada sin que nadie te nombre o responda en el hilo.
Venga ya tienes tu corazón de @boiler insultando a otro forero, es de coña.
“Habitual”, me tengo que reír.
En realidad, la gran transformación operada desde el Franquismo, fue la sustitución de una élite terrateniente y nobiliaria por otra financiera e industrial. Vamos, lo que se suele llamar revolución burguesa.
La cosa venía de atrás -y había cuajado ya en Barcelona, País Vasco y Asturias- pero cuajó tras la guerra. Y con ayuda, justamente, de esa burguesía vasca y barcelonesa.
Luego, unos emparentaban con otros y digamos que llegaban a un ten-con-ten, que incluyó la venta de una mansiones que ya no podían mantener a esa nueva elite con la que habían incluso emparentado. Luego aparece por medio otra élite político-funcionarial, especialmente a medida que el sector público coge peso (recordemos que en el Franquismo, y hasta ahora, casi todo es público-privado) en la que encajarían personajes como Floro, que pasa desde lo funcionarial a lo empresarial.
Sería muy interesante seguir la genealogía de todas estas familias. Pero seguir el “¡Hola!” aporta pistas muy interesantes sobre el mix de apellidos endogámicos de las élites capitalinas. Y si lo combinamos con el registro mercantil, pues…
Puente colgante (o de barcas) de Aranjuez sobre el Tajo. Construido bajo el reinado de Fernando VII por el ingeniero Pedro Miranda, flanqueado por cuatro estatuas del Palacio Real más cuatro jarrones pétreos y una primorosa barandilla de hierro recorrían el puente.
El puente se mantuvo sin muchos cambios hasta la II República, momento en el que el puente histórico se desmantela excepto las cuatro estatuas monumentales.
En 1969 el puente se queda pequeño y una vez más se amplia, se eliminan los arcos debido al amplio trágico rodado que pasa sobre el mismo. Finalmente las estatuas de los Reyes vuelven al Palacio Real. El puente actual data de 1970.