Esto ya se puso en la anterior etapa del “urbanity”, pero en la nueva no; aunque sea conocida, habrá que dejar acto de presencia;
Se trata de la iglesia de San Pedro Mártir del conjunto parroquial de los Padre Dominícos, obra emblemática de Miguel Fisac, construido en 1955;
“Sin pretender una ruptura con la tradición planteará su relectura , introduciéndose en la esencia del espacio religioso para conseguir uno nuevo , que estreche la vinculación del hombre con Dios de un modo dinámico, no conformado, austero, pero de gran riqueza cromática, en el que la arquitectura recupera su papel integrador de todas las artes”;
(Docomomo).
En un conjunto dispuesto en piezas de forma ortogonal, con jerarquización de los distintos pabellones, y con un jardín común;
Según me comento el super amable “fraile”, (agradecido quedo), gran parte del conjunto estaba ocupado por un colegio que lo había adquirido, por lo que ya no tiene ninguna continuidad;
Según me dijo esto era la cocina:
Esto era el depósito de agua y el pabellón de las instalaciones de la calefacción central;
Interior:
La enorme visera que acompaña la salida al jardín :
La famosa escalera volada que sale en todas las fotos:
Iglesia desde el jardín:
Y ahora hablemos de la Iglesia;
La entrada de la iglesia la componen una fachada donde la estructura de hormigón queda vista, pero cerrada con paños de ladrillo , combinada con los huecos de las vidrieras, a un lado un pórtico de hormigón blanco y encima acompaña un friso tallado en piedra de la escultora Susana Polack :
La delicada composición de la fachada es rematada con la torre-campanario , una estilizada estructura de hormigón visto que es coronada por una cruz envuelta en una maraña abstracta de hierro
Foto 1:
Foto 2:
El interior es de lo más hermoso que he visto nunca;
La planta se resolvió con dos hipérboles simétricas enfrentadas con el altar en el centro e iluminado cenitalmente por una originalísima celosía de tubos metálicos y las vidrieras de la curva de los muros, el cual separa enfáticamente el coro ,(también adornado por vidrieras), de los fieles (adornado con celosías de distintos azules), y que son las que iluminan el resto del espacio:
Altar desde el coro:
Vidrieras del Coro:
Celosías espacio feligreses:
El resultado fue un espacio sobrio y silencioso ,pero convergente y dramático, acentuado por el tratamiento de la luz y el color y dominado por el gran crucifijo suspendido en el altar con cables, y que da la impresión visual de que está ascendiendo hacía la luz de las vidrieras, (el Cristo es obra de Pablo Serrano), parte de las vidrieras son de Adolf Winterlich.
Foto 1:
Foto 2:
En uno de los lados del altar situó la sacristía, continuada con una capilla para la Eucaristia y los confesionarios;
Foto 1:
Foto 2:
Todo esto antes de la definición del espacio interior de la iglesia en el Concilio Vaticano II;
Para mí una de las imágenes más hermosas que he visto en Madrid.