La Toscana será muchas cosas, pero española… ¡No! Sí sólo saben publicitar lo singular de España, comparandolo con el extranjero pues…
Desesperante
Como navarro, tengo que añadir que Navarra es un compendio de los mejores y de los peores ejemplos en materia de urbanismo. La diferencia entre la arquitectura del norte y la montaña, con pueblos de piedra estéticamente cuidados al milímetro… (en la imagen Otsagabia)
…y la Ribera del Ebro al sur que con contadas excepciones es un sálvese quien pueda (en la imagen Corella)…
…hace que parezca mentira que se trate de una misma comunidad XD
Recorrer Navarra de norte a sur hace que parezca mentira que se trate del mismo Continente
Alemania fea
Muy de autofustigarnos los españoles, pero cuál fue mi sorpresa al encontrarme estas dos situaciones en el paraje alemán por excelencia, el Rin cerca de la Lorelei, escenario y motivo inspirador de obras de Wagner, Hugo o Goethe, de los primeros sitios en los que (supuestamente) surge la preocupación por la protección del paisaje y el patrimonio desde las instituciones…
Toda la orilla a los pies del castillo de Reichenstein: un enorme camping.
Las vistas al castillo de Sooneck interrumpidas por ¡una enorme cantera en funcionamiento! que empieza a pocas decenas de metros de la fortificación medieval.
Y eso que la zona de Les Gavines se proyecto con viviendas de “cierta calidad”, si bajamos un poco hacia Perellonet o Perelló nos podemos tirar de los pelos, viviendas feas, antiguas, pequeñas y que en su gran mayoría necesitan una reforma integral.
El caso del Perelló en mi opinión tiene más delito, se demolió el palacete del mestre Serrano que se hizo por suscripción pública para construir un edificio de viviendas, la lástima que siendo anodino es de lo mejor de la zona, varios palacetes que había en la gola, también fueron derribados para levantar torres, (algunos fueron embajadas extranjeras durante la guerra) y casi todo el casco antiguo fue arrasado, en fin… El desarrollismo depredador de la época
Bueno, tampoco exageremos. Al fin y al cabo se trata de instalaciones efímeras. Nada que ver con la irreversible destrucción especulativa de casi todas la costas del levante y del sur de España.
No es autofustigarse. Es llorar ante la pérdida irrecuperable.