El Madrid no construido

No sé…hoy en día lo veo un poco tapete de la abuela…facilón.

En enero de 1929 falleció la reina María Cristina, madre de Alfonso XIII. En marzo, al finalizar un consejo de ministros, el jefe de gobierno declaró: He dado cuenta de la contribución de los funcionarios para el monumento a la reina doña María Cristina, y hemos acordado dictar una real orden, con carácter voluntario, marcando el 1 por 100 de las pagas, como se ha hecho en otras ocasiones, en vez de señalar un día de haber. De todos modos, la recaudación que se obtendrá superará a unas 150.000 pesetas. Como el coste del monumento superaría el millón de pesetas, se inició además una suscripción nacional para todos los que quisiesen hacer donativos.

Se creó una Junta Nacional del Monumento a la Reina doña María Cristina que abrió un concurso entre arquitectos y escultores españoles para elegir el proyecto que habría de ejecutarse para ser emplazado en la Ciudad Universitaria. En noviembre se hizo en el edificio de ABC de la calle Serrano, una exposición de los anteproyectos recibidos. En mayo de 1930 se declaró ganador el proyecto presentado por el arquitecto Antonio Flores y el escultor José Capuz. Este proyecto mide 30 metros de ancho por 15,40 de alto. Tiene un gran basamento, con tres fuentes, en cada una de las cuales va una alegoría de las virtudes Fe, Esperanza y Caridad. En el centro, otro basamento más elevado, a cuyo pie hay también cuatro fuentes con alegorías de las virtudes Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza. En los frontis, una inscripción latina dice: «Marie Cristine. Pasis custodi. Patrie decori. Hispania.» Sobre el elevado basamento central va la estatua de la reina fallecida.

El 7 de junio de 1930 la revista La Esfera publicó un dibujo del proyecto ganador que, con la llegada de la República, fue abandonado.

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Me gusta. Pero lo veo mas para El Retiro, El Parque del Oeste, cerca de Debod, o La Castellana. En la Ciudad Universitaria hubiera pasado inadvertido.

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En 1921 hubo otra propuesta del arquitecto José Luis de Oriol para construir una Gran Vía desde la glorieta de Bilbao a la Puerta de Toledo. Según el autor, “además de comunicar el norte y el sur sin tener que pasar por la Puerta del Sol, se conseguiría realzar, dar puntos de vista y relacionar por enlace viario de categoría, los centros más monumentales de Madrid y sus edificios de mayor interés”.
Esta Gran Vía transcurriría por glorieta de Bilbao - plaza de Callao - plaza de las Descalzas - lateral de la plaza Mayor - lado oeste de la Plaza de la Cebada - Puerta de Toledo. “No hay un solo cambio de dirección de pendiente, bajando desde la Glorieta de Bilbao. La vaguada que forma la calle del Arenal se aprovecha para tender sobre ella un viaducto. Con esta solución se consigue favorecer la rasante de la nueva vía, que será horizontal desde las Descalzas a la nueva plaza a poniente de la Plaza Mayor”.
La afectación del proyecto sobre la Plaza Mayor era radical. Planteaba De Oriol derruir buena parte de los edificios del contorno de la plaza, que quedaría abierta a una nueva plaza —que llama de la Villa— por donde pasaría esta Gran Vía. Como el rasante de esta nueva plaza quedaría a cuatro metros por bajo de la Plaza Mayor, plantea unas escalinatas monumentales para salvar esa altura. Desde esta nueva plaza de la Villa, “baja la nueva Avenida de Alfonso XIII, también con suavidad, sin una sola contrapendiente, hasta la Puerta de Toledo”.

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Brillante locura.

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Este proyecto siempre me ha fascinado aunque doy gracias que no se hiciera. Aunque hubiera sido interesante ver esta plaza mayor en alguna otra zona de la ciudad y hecha en la posguerra. ¿Tal vez en la zona de Moncloa o en Puerta del Ángel?

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Ese proyecto de Oriol tenía tal envergadura que, además de los destrozos sociales y patrimoniales, los habituales subes y bajas de la construcción en Madrid así como la adhesión quebrantable y sucesiva a distintos estilos arquitectónicos y la tendencia a incrementar aprovechamientos con el paso del tiempo, hubieran dado como resultado un casco urbano completamente heterogéneo, quizá inflado en alturas y, muy posiblemente, abundante en grandes avenidas cortadas abruptamente…

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En 1934 al ministro de la Guerra, Diego Hidalgo, se le ocurrió la idea de demoler el Palacio de Buenavista para urbanizar sus terrenos y construir un nuevo Ministerio por la zona de Castellana-Nuevos Ministerios. El periódico La Época de 14 de agosto de 1934 publica el texto entregado a la prensa en el que como colofón se dice: No sería cosa fácil calcular el volumen de dinero que se pondría en movimiento por la total realización de esta idea, pero casi podríamos asegurar que sobrepasaría la respetable cifra de 50 millones de pesetas, a invertirse en unos cinco años, toda ella en urbanización y construcciones, con lo cual, a más de fomentarse las industrias de la construcción, se facilitaría trabajo a miles de obreros en obras tan útiíes como beneficiosas. A las construcciones que se levantasen sobre los solares de la calle de Alcalá y Recoletos, les sería impuesta una ordenación en armonía con el Banco de España, situado en la acera opuesta, consiguiendo así un marco magnífico a la singular perspectiva de la calle Alcalá, sin duda, una de las más espléndidas de la ciudad.

La desaparición del palacio y los jardines fue malísimamente acogida por la prensa. Pedro Répide en La Libertad escribió: Como una idea de singular interés habla el Sr. Hidalgo de la construcción de un pasaje comercial desde la calle de Alcalá a la del Saúco [Prim]. En primer lugar, un pasaje comercial exige siempre en su explanación un mismo nivel, además de no requerir una excesiva longitud. Y aparte de la distancia que media entre las calles de Alcalá y del Saúco, éste seria un pasaje con funicular, según la diferencia de altura que media entre ambas vías, y de la que cabe darse idea contemplando la enorme escalinata que conduce hasta la puerta central del edificio. Eso sin contar con que los pasajes comerciales han pasado a la historia en todas partes.
BUENAVISTA DEMOLICION
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Hubiese sido espectacular. En general es una pena que no se hiciese el plan de reforma interior de Oriol.

Y sobre el Palacio de Buenavista… aunque no lo hayan tirado, pues si total es como si no existiera con el bosque que tiene delante. Qué poco lucimos los edificios monumentales.

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¿En serio es una pena no haber destruido el centro histórico de Madrid, incluida la Plaza Mayor?

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Hubiera sido interesante de ver. Una pena si se hubiera perdido el Palacio de Buenavista pero se estaría mejor comunicado Chueca con Cibeles. El edificio del pasaje comercial me lo imagino como una continuación del Cervantes.

Hay quien se cree que los proyectos urbanos acaban igual que se dibujan en un principio. No les quitemos la ilusión.

Una cosa que yo sí habría hecho es la prolongación de Argumosa hasta San Francisco el Grande, formando un tridente con Bailén y la Gran Vía de San Francisco.

En su recorrido pasaría rozando una corrala y obligaría a demoler la antigua Junta municipal de Curtidores, pero no se llevaría por delante ningún edificio destacado más allá de su antigüedad.

Me valdría que fuese completamente peatonal.

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No mejoraría la comunicación existente por la calle Barquillo.

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Bueno la zona. Parto de la prrmisa de qué Paso Comercial estuviera abierto y vigilando 24 horas

Se podría haber hecho el bloque de Alcalá y el pasaje comercial sin tocar el palacio.

Pero perderíamos una de las mejores verjas urbanas de España y un jardín destacado.

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Con despejar ramas bajas e iluminar el palacio, buenavista destacaría bastante mas.

En todo caso prefiero tener ese pulmon verde ahí.

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Y si estuviese abierto al público, ya sería la bomba.

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Tratándose de un recinto militar lo que menos desean es visibilidad. Ni querrán podar los árboles, ni iluminar el palacio y naturalmente no permitirán pasear por el jardín. Sin embargo, por dar algo al público, el último viernes de cada mes se celebraba un cambio de guardia con uniformes del siglo XVIII, incluso desfilando por la acera de la calle de Alcalá. Se canceló debido a la pandemia y no sé si ha vuelto.

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Sí, pero lo mismo se podría haber dicho del Parque del Retiro hasta 1868 o de la Casa de Campo hasta 1931.
Las instituciones evolucionan y creo que unos jardines abiertos al público con un horario determinado pueden ser compatibles con el correcto funcionamiento del cuartel.

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Gracias a Filomena se hizo una buena poda y quedaron estampas muy bonitas.

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