¡No es un problema técnico, sino puramente especulativo!
El deseo de modificar el Plan Parcial no proviene del Ayuntamiento, sino de la Junta de Compensación, que ha visto una oportunidad de negocio al construir una hilera de pisos de lujo extra dentro de un parque.
Estos se presentan como una oferta tentadora, al estar ubicados en un parque, sin ruidos ni molestias, ya que el tráfico se desviará hacia los anillos exteriores del barrio, pasando muy cerca de los pisos de la prole y chalets.
Los técnicos del Ayuntamiento no expresan opinión; simplemente dan su visto bueno porque, desde un punto de vista técnico, es posible, aunque no necesariamente la solución más idónea.
Por tanto, no se trata de un problema técnico, sino político.
Si otro grupo estuviera en el gobierno municipal, la solución sería diferente según sus intereses.
Los vecinos de la A5 llevan luchando por el soterramiento de las vías desde hace 20 años.
Ahora, cuando la situación ya es insostenible, aparece Almeida como el héroe de turno.
Sin embargo, ha sido necesario que otro grupo distinto en el gobierno interviniera para que ese soterramiento también cubra el tramo más desfavorecido, después de que los vecinos denunciaran al propio alcalde ante la fiscalía.
El soterramiento de la Gran Vía del Sureste llegará a El Cañaveral tarde o temprano, pero antes tendremos que soportar un calvario.
La diferencia entre que sea ahora o después radica en que, si se realiza ahora, la Junta de Compensación tendría que asumir o participar en los costes.
En cambio, en el futuro, después de haber obtenido jugosos beneficios construyendo viviendas de lujo en el parque, dentro de 20 años, esos gastos serán en exclusiva a cargo del erario público.
Es lo que se suele conocer como capitalismo de amiguetes, que privatiza los beneficios y socializar las pérdidas.