Es que manda uebos.
Chueca, ¿si fueron capaces de hacerlo hace 500 años por qué tú no fuiste capaz a finales del siglo XX?
Es que manda uebos.
Chueca, ¿si fueron capaces de hacerlo hace 500 años por qué tú no fuiste capaz a finales del siglo XX?
Una idea que enuncié por los albores del hilo, y que ahora puedo mostrar con más elegancia, es la que hubiese permitido alcanzar el 100% de coherencia interior permitiendo una gran cúpula exterior, al tiempo que se generaría una solución profundamente original.
Esto es haber embutido un cimborrio completamente gótico dentro de una cúpula clásica.
Las vidrieras impedirían ver la cúpula y cuanto más calado el cimborrio mejor se sostendría apoyado en pechinas y yuxtapuesto al perfil superior.
Podría haber tenido una transparencia como el burgalés al recibir luz por los lados y por la linterna:
La mejor solución interior y la mejor solución exterior al mismo tiempo.
Pero desgraciadamente hacía falta imaginación y valentía.
Porque hace 500 años había artesanos y escultores que sabían hacer estas cosas y ahora los arquitectos si no somos el genio brillante detrás de la obra nos ponemos tristes.
También existe el CNC. Ahora.
No hay que ser ningún artesano para hacer una composición arquitectónica, el que llenó todos los techos con cenefas de vibras sudafricanas no era un arquitecto.
No soy tan iluso de pretender que se replique el cimborrio de Burgos al detalle. Pero el término medio es algo totalmente factible. Media Europa está haciendo reconstrucciones historicistas desde cero pero aquí Chueca ni ideó una composición mínimamente meritoria, no es un problema de artesanía, sino de falta de creatividad del arquitecto.
Lo único que salvo de todo eso es el Cristo de Juan de Mesa y el altar de la Virgen.
La moldura de granito rosa de la escalera del brazo occidental me parece un dislate, por material y por distribución.
También tendríamos que preguntarnos por qué es la única iglesia neogótica en la que el triforio desaparece en el transepto.
Aquí muestro la geometría de algunos rosetones elementales:
Pues bien, los óculos de la Almudena no cumplen con ella, porque tienen los arcos vaídos:
Ni una.
Se me ocurre adosar unas flores a las puntas para complejizarlas un poco sin que se pierda luminosidad ni hacer grandes acoples.
Con chapiteles rococó:
Cuatro variantes con cúpulas clásicas:
Creo que me quedo con la tercera o la cuarta.
La última, al hacerlos menos altos, los ensancha visualmente
En la reconstrucción de Santander tras el incendio de 1941, en plena postguerra, se inventaron este cimborrio para su catedral:
Si Chueca, tan ilustre historiador de la arquitectura que era, estaba tan preocupado porque sus óculos no pareciesen góticos desde fuera, podría haber aprendido algo de Cuenca:
Es por este tipo de cosas por las que siempre niego la supuesta lucidez de Chueca y siempre remarco su falta de ambición.
Esos chapiteles al menos entonan mejor con la cúpula, porque los actuales se dan de tortas.
No obstante esa escultura encima de la espadaña es un esperpento, me recuerda a las flamencas que se ponían encima de las teles de tubo.
Bueno, era así el alzado, no es cosa mía.