Abro tema, que espero discurra con suavidad.
Empezamos fuerte, con el proyecto de terminación de Carlos Sidro y Fernando Chueca-Goitia de 1944, malogrado por su propio autor:
Nunca vi tanto ahínco en rebajar un proyecto que ya nacía pacato.
Cuentan las malas lenguas que Franco mandó llevar la maqueta al Pardo (supongo que expectante) y cuando la vio, dijo «visto» y la mandó retirar.
Supongo que esperaba algo más ambicioso.
En mi humilde opinión (es fácil hablar) ya que no derruir nada de lo construido era una premisa, se debería haber ido a un diseño full gótico en el interior, con los más amplios vitrales que permita la técnica, con buena altura, y con un cimborrio digno de la catedral de Burgos. Y en el exterior, haber creado un edificio a modo de claustro perimetral que envolviera la fábrica gótica hasta la altura de la cornisa, de estilo neoclásico, al modo de la Sagrada Familia de Barcelona pero levantado hasta la cornisa, como en San Pablo de Londres pero con más aire y salas superiores, dejando aire para respirar a las naves góticas.
El cimborrio quedaría envuelto por una cúpula neoclásica que lo invisibilizase desde el exterior. Sólo se vería lo gótico desde dentro.
Y desde fuera sería un paralelepípedo neoclásico con cúpula y bella cripta neorrománica.
La anchura solo crecería en la fachada principal.
Y el resto del solar libre a este y oeste. O más preferiblemente sendos claustros bajos entre pies y crucero, con arcadas abiertas enfrentando la Armería, que dejasen ver el paralelogramo neoclásico en toda su grandeza desde todos los ángulos.
Sería bastante más caro que lo hecho.
Del proyecto de Chueca, echo muchas cosas a faltar, pero exteriormente, sobre todo dos detalles que no hubiesen supuesto un incremento destacable:
Los chapiteles originales, mucho más airosos y armónicos con Palacio.
Y la balaustrada sobre la cornisa de las naves, los «peones» recientes son miserables, en concepto, factura y tamaño.
Perdón por tanta edición, se me agolpan las ideas.