No veo por qué una catedral neogótica iba a afear el entorno del Palacio Real. Contrastar sí, pero no afear. Prácticamente todas las iglesias neogóticas del planeta están situadas en entornos del siglo XIX o posteriores. En todo el mundo hay edificios neogóticos junto a neoclásicos o barrocos e incluso junto a rascacielos de acero y vidrio.
Y suelen estar envueltas por entornos urbanos como mucho, del siglo XIX. Pocos caseríos medievales se conserva actualmente.
Ni siquiera las grandes catedrales medievales conservan a su alrededor entornos medievales.
Y ese contraste no creo que le parezca feo a nadie.
El principal problema que le veo a la obra de Chueca es su FALTA DE AMBICIÓN.
Si planteas un proyecto de algo en si grandioso, una catedral, como “discreto”, “que no se note”, mal vamos.
Una catedral, sede del obispo, y más la catedral de la capital de un gran país, no puede ser algo invisible, discreto, de camuflaje. Tiene que verse.
Y en esa ubicación, en plena cornisa de Madrid, se va a ver cualquier cosa que pongas. Tanto lo bueno como lo malo.
No seas cutre y miserable entonces.
Karl Friedrich Schinkel eso lo tenía clarísimo.
Y la Almudena ya tenía todo preparado. Cripta acabada, columnas de la girola ya puestas. Hasta los planos detallados y una gran maqueta.
Sólo había que seguir adelante . Pero no. Pretendían poner una catedral en la cornisa de Madrid y que no se viera. Ya.
Y para “conseguirlo” han MUTILADO una catedral que era coherente y espectacular tal cual se planteó.
Pegotes y parches para ocultar la “goticidad” del edificio por fuera, recortes de altura para quitarle su grandiosidad y hacerla pobre y mediocre, eliminando además el último nivel de grandes vidrieras para poner pequeños óculos y que no pareciera gótica por fuera. Piedra baratera amarillenta (nada ver con el tono de piedra usado en Madrid) y de mala calidad en las fachadas para ahorrar cuatro duros, que a los pocos años ya se está disgregando. Bloques de hormigón modernos pintados en el techo por ahorrar gasto en vez de bóveda de crucería, vidrieras espectaculares sustituidas por muros ciegos y ya para rematar, decoración escultórica y pictórica de todo a 100. Que todo brille. Bling bling. Como en la casa de la Pantoja.
Ni siquiera ha sido capaz de hacer una fachada armoniosa, con unas torres bien proporcionadas.
Y las construye con estructura de hormigón (a saber de que tipo) como si fuera un bloque de viviendas ordinario.
Si colocas una montaña de basura en la cornisa de Madrid, se va a ver. Todo el mundo va a ver tu basura.
Por mucho que intentes taparla con un museo de Colecciones Reales totalmente irrespetuoso con el entorno. Una hez para tapar a otra.
Y una reja para tapar la entrada del museo. Y así hasta el infinito…
Palma de Mallorca es el ejemplo de lo espectacular que luce una catedral bien puesta junto al borde de un talud. Menos mal que en la edad media pensaban a lo grande.
Imaginad Saint-Eustache de París puesto aquí en Madrid en la cornisa. (pongo esa por ser medio gótica medio renacentista, por eso de que no sea demasiado gótica) 
Y con la fachada de Saint-Sulpice también de París (por eso de no poner una fachada gótica frente al Palacio Real)
Y las naves, siguiendo el plano original neogótico. Con sus grandes vidrieras, su buena altura y su bóveda de crucería
Ojalá le salga aluminosis pronto a la estructura de hormigón de las torres o a las losas de hormigon pintado del techo, y podamos aprovechar para eliminarlos y acabar bien la catedral. De una vez. Y mandamos a la Casa del Terror todas las esculturas y relieves de exteriores del edificio, y esa espadaña diabólica.
A la piedra cutre de Novelda en las fachadas, le quedan dos telediarios. Lo barato sale caro. Cuando la sustituyan, a ver si aprovechan
, ponen una caliza más blanca y más resistente y abren el triforio que maese Chueca eliminó pensando quizás en Kiko el de la brocha. Y ponen grandes vidrieras en condiciones ahí, no las cutres amorfas del mismo Kiko.
Es verdad que con los años el ojo se acaba acostumbrando a tanta fealdad y cutrerío de saldo.
Igual en 50 años cuando, si es que vivo, cuando esté casi ciego, me parecerá bonita esa mancha borrosa en que se habrá convertido la Catedral de la Almudena para mi.