En las bodegas Vinival, frente a la playa de la Patacona.
formaba parte de los activos que el promotor Bautista Soler tuvo que entregar en dación de pago al Banco de Santander para compensar deudas. Se ubica en una zona privilegiada, a pocos metros de la playa pero en pleno entorno urbano. Metrovacesa ha iniciado contactos con el ayuntamiento para presentar una propuesta que podría alcanzar las 1.000 viviendas, un centro comercial y la urbanización de 125.000 metros cuadrados. De hecho, tiene ya un primer esbozo de desarrollo encargado al despacho de arquitectura Prado y Somosierra.
Con una identidad geográfica-paisajística definida por su proximidad al mar y a la huerta, el desarrollo urbanístico de Vinival de 124.200 metros cuadrados de superficie incluye tipologías residenciales variadas, equipamientos y servicios a la comunidad, tomando su nombre de las antiguas bodegas cuyo edificio principal se conserva en el municipio de Alboraya. Combinando la sostenibilidad y la calidad arquitectónica, la oficina de Juan Herreros y Jens Richter propone para el conjunto la convivencia de usos, la naturalización de los espacios públicos y la construcción de una comunidad cohesionada, conectada a la ciudad de Valencia. El edificio de las antiguas bodegas se transforma para albergar nuevos usos (educación, salud, economía, gastronomía, entre otros), mezclados con actividades propias de la zona como mercado de hortalizas y actividades marítimas.
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“Nos da miedo que a la larga nos pongan un centro comercial o un hotel”, señala la portavoz de la Asociación de vecinos de La Patacona, que plantea diseños alternativos sustituyendo las bodegas por una plaza pública
“Los vecinos” así en genérico, son gilis. No quieren Centro Comercial, pero plantean tiendas y supermercados en los silos. Porque aunque quieran una plaza (que anda que no hay plazas…) Los silos, son Arquitectura Industrial protegida.
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El arquitecto apunta que se han estudiado las corrientes de aire para aprovechar la ventilación natural en el diseño de los edificios que conformarán una parcela interior completamente peatonal, recorrida por fuera por un vial que dará acceso y contendrá plazas de aparcamiento, además de las interiores. También se levantará una especie de duna o barrera para amortiguar el ruido de la avenida, que discurre paralela a la vía del tren y desemboca en la autovía V-21, y para dar continuidad paisajística con la huerta que queda al otro lado de estas infraestructuras. La mejora de los accesos es importante y se está trabajando en ello, admite Herreros. La consecución del proyecto depende de la tramitación administrativa. Una vez concluida, se podría construir en unos tres años, añade.