Las lluvias caídas durante el pasado octubre, concentradas en la primera quincena con la borrasca Berenice y en la segunda con otro episodio similar aunque de menos intensidad, han situado el nivel de los pantanos que abastecen a la ciudad de Sevilla en un 63,9% de su capacidad, lo que aleja el fantasma de la sequía que ha amenazado a la capital andaluza en los últimos meses. «En condiciones normales, cuatro años de abastecimiento están asegurados», explica el director técnico de Emasesa, Luis Luque, que asistió el pasado viernes a la comisión de desembalse que convocó la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).
Actualmente, hay dos embalses que superan el 90% de su capacidad: Melonares, el de mayor capacidad de la provincia (185 hectómetros cúbicos) y al 93,6%; y el Gergal, el más pequeño de los seis (35,04 hectómetros cúbicos) y al 93,6%. Este último lleva desembalsando desde el pasado 6 de noviembre, cuando alcanzó casi el cien por cien de su capacidad, hasta ayer.
Es que el término limpiar es muy amplio…
Desbrozar no, porque precisamente la vegetación de ribera retiene agua y ayuda a que el río/arroyo se mantenga en su cauce, siendo más difícil su desbordamiento.
Ahora, quitar basura, ramas secas, etc. que sí puedan generar tapones provocando desbordamientos, sí es necesario.
Pero me da que la mayoría pide “limpiar” entendido como el primer caso…
Alhaurín de la Torre (Málaga), siempre un paso por delante:
Después de las últimas lluvias del miércoles, el máximo responsable municipal alhaurino ha hecho también un anuncio, la transformación de una cantera, en desuso y a los píes de la sierra, para que haga de freno a las riadas. La idea sería crear allí un parque inundable, un terreno que tuviera capacidad de inundarse, absorbiendo posibles avenidas de agua, para que luego, esta sea encauzada y permita la regeneración de los acuíferos.