En mi opinión, la movilidad es una variable clave para abordar la remodelación del Centro (de cualquier ciudad).
Porque la movilidad va a condicionar el aspecto de los centros urbanos -usos del espacio público, arbolado y zonas verdes, incluso equipamientos- pero también la composición socioeconómica de esos centros, desde el tipo de comercio y servicios a su estructura social y sus necesidades de equipamientos y dotaciones. O los precios del suelo, Elementos que, a su vez, repercuten en el resultado físico de la ciudad.
Y, por lo general, cuando se habla de movilidad se habla -la legislación obliga a ello a las ciudades con más de, creo, 50,000 habitantes- a elaborar Planes de Movilidad Sostenible (PMUS). Qué además deben prescribir recetas para reducir las emisiones de partículas, gases y ruidos (emisiones que, también por ley, están monitorizadas mediante mapas de emisiones y de ruidos).
Ese PMUS, además, junto a otros documentos, como un Plan Estratégico -al qu ese PMUS debe servir- y el Catálogo, debe recogerse en un PGO municipal que dé forma administrativa y legal a todas las estrategias que recogen los otros documentos, recogidas de forma coherente y conexa, y con previsión de revisiones cada ocho años para ir adaptando la ordenación a la s circunstancias de cada momento.
Madrid vive con un Plan de hace un cuarto de siglo, que ha sido modificado “puntualmente” docenas de veces, incluyendo en esas modificaciones piezas clave como MNN, pero sin una estrategia clara que aporte coherencia a todo el planeamiento. Ni, desde luego, articulado con el de los municipios limítrofes mediante un Plan Metropolitano.
La movilidad es una de las claves de bóveda del futuro del Centro de Madrid Y por eso hablamos de ella. Y por ello, también, nos quejamos de la inexistencia de documentos normativos coherentes que guíen el futuro de ese Cenro, de la ciudad y de la tercera área metropolitana de Europa.