Respecto al ala simétrica al Ala de San Gil, que fue proyectada y construida hasta la planta baja pero nunca concluida, de la que hemos hablado en alguna ocasión, he ahí como la construiría yo si el palacio (y el Banco de España) fueran míos
Mi TOC no soporta la asimetría actual del Palacio Real por su fachada Sur, con un ala al lado derecho pero al izquierdo no.
Un enorme salón de banquetes, conciertos, bailes o cualquier otro sarao.
Imaginad una sala de una longitud de siete tramos de ventana (como el Comedor de Gala)
de tres pisos de altura (más que el salón de Alabarderos que tiene dos plantas de altura), y con anchura de tres tramos de ventana (la anchura de la Escalera Principal, o una vez y media la anchura del Comedor de Gala).
Tres niveles superpuestos de ventanas iluminando la estancia (correspondientes a las ventanas de los tres pisos de altura que tendría).
En superficie, si el Comedor de Gala tiene 400m2, éste nuevo salón andaría por los
600m2. Pero muchísimo más alto.
El de Buckingham por comparar es más ancho. Tiene 660m2 pero es más bajo. Y más feo y oscuro también.
Nuestro salón tendría 20 ventanales abajo y 40 ventanas en lo alto (60 ventanas en total) orientadas a los cuatro puntos cardinales, inundado de luz por todos los lados.
Al Este mirando a la Armería, al Sur hacia la Almudena, al Norte hacia la perspectiva de la fachada norte del palacio y el Campo del Moro, y al Oeste al bellísimo atardecer sobre el Campo del Moro y la Casa de Campo.
Creo que no habría salón que se le pudiera comparar en todo el mundo. Y con salida a una enorme terraza con vistas que llega hasta delante de la puerta del MMCCRR.
Por dentro, pondría una bóveda toda afrescada en trampantojo resucitando para ello a Pietro da Cortona (quizás el punto más dificil del proyecto)
o con estucos y frescos.
Y mármol y frescos también en los muros, como en los palacios italianos.
Por cierto en el plano he puesto dos escaleras simétricas como quería Fernando VI y como le construyó Sacchetti (al cuerno el salón de columnas de Carlos IV). Ya para rematar.
Hala, fin de la fantasía. Cada vez que voy a Italia vuelvo con la cabeza llena de pájaros.