Madrid: Proyectos y Construcción

El coste de la Elbphilharmonie de Hamburgo generó un escándalo casi tan grande como el que supuso la construcción de la Ópera de Sidney. Ahora los dos edificios son la imagen de sus ciudades. Como pasa con el museo de Gehry, que es la imagen de Bilbao y un motor económico que ha hecho que la ciudad vasca cambie por completo desde que abrió sus puertas.
Hay personas que odian a muerte el arte de las vanguardias históricas y el que se hace ahora, pero decir que eso le pasa a la “inmensa mayoría de la población” sin aportar ningún dato me parece que es una ocurrencia que confunde los deseos personales con la realidad. Yo creo que a la mayoría de la población le es indiferente el arte, la arquitectura y el urbanismo. Y sin embargo la inmensa mayoría de la población española vive en edificios herederos de la arquitectura racionalista y no veo muchas protestas reclamando que se vuelvan a poner molduras, modillones, tímpanos decorados, metopas o columnas clásicas. Y por otra parte, cada vez veo colas más largas para ver exposiciones de arte contemporáneo.

El Reina Sofía ha estado en alguna ocasión a punto de meterse entre los diez más visitados del mundo. No creo que la gente se acerque para lanzar su odio ante lo expuesto.

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