Ya se encargan las pésimas calidades de que lo parezcan, aunque tengan un diseño brillante. Pero eso no es culpa de los arquitectos es culpa de quienes degradan lo público a sabiendas de lo que hacen.
Ya se encargan las pésimas calidades de que lo parezcan, aunque tengan un diseño brillante. Pero eso no es culpa de los arquitectos es culpa de quienes degradan lo público a sabiendas de lo que hacen.