No me molesta la opinión elogiosa de una minoría sobre el mamotreto de Tuñón y Mansilla, el daño está hecho y no hay vuelta atrás, como no hay vuelta atrás en la mediocridad de la catedral de la Almudena. El proyecto museográfico es pobre y la iluminación y la cartelería lamentables, pero eso tiene solución. Al menos es un edificio de nueva planta.
¿Sabes lo que me cuesta más superar? Que se permita a alguien hacer esto en pleno Paseo del Prado sobre un edificio del patrimonio industrial madrileño: