(Me doy por aludido)
Insisto. Cuando se pone de ejemplo la línea de proyectos de una ciudad… no se sugiera copiar absolutamente todo de esa ciudad.
Quiero la línea de proyectos de París pero no quiero sus guetos de migrantes, no quiero su carísimo suelo, no quiero sus problemas de contaminación, ni quiero el tiempo de esa ciudad.
Me gusta el nivel de proyectos privados de Nueva York, no me gusta la cantidad de basura, de pobreza y de ratas en sus calles.
Me gustan las intervenciones de transformación y regeneración urbanísticas de Barcelona, no me gusta su política cultural mediocre y regionalista, ni la degradación evidente de muchos barrios.
Me gusta el enfoque metódico e integral en la transformación de Berlín. No me gusta la dejadez y la hostilidad de su espacio público o de sus problemas para el acceso a la vivienda.
Lástima que a veces se haga tan difícil mantener un debate constructivo, y en algo que clama al cielo: la baja calidad de los proyectos públicos en Madrid.
A algunos parece que les sorprende que uno no sea un fundamentalista de un partido o de una ciudad.