Y no les bastó con destruir una maravilla, la sustituyen por un aborto mal compuesto que ni siquiera cumple las reglas compositivas de las casas tradicionales que se supone intenta recrear. Un TODO MAL de libro.
Y no les bastó con destruir una maravilla, la sustituyen por un aborto mal compuesto que ni siquiera cumple las reglas compositivas de las casas tradicionales que se supone intenta recrear. Un TODO MAL de libro.
Es que me ha recordado justo a lo que estamos viendo en otro hilo, que los defensores “de lo trad” suelen desconocer que es “lo trad” y desprecian lo moderno con criterios muy superficiales (sospecho que los herederos eran incapaces de ver los valores ambientales de esa casa… y priorizaron otro tipo de valores que tienen que ver con aspiraciones, política?).
Eso es como los que dicen que les gusta el arte tradicional y no tienen ni idea de lo que está representando “La bacanal de los andrios” de Tiziano o que la “Santa Águeda” de Zurbarán en la bandeja no lleva dos flanes.
Lo de los flanes no es broma.
Me estás recordando esas conversaciones de museo en la que oyes tremendas barbaridades dichas con aires de intelectualidad.
–«Papá, ¿por qué se pintó este cuadro?»
–«Por la segunda guerra mundial»
El Guernica…
Sin embargo en el fondo es un debate muy interesante. Uno de los escritores y críticos de arquitectura más famosos del mundo, Witold Rybczynski, es conocido por escribir de manera crítica sobre muchos aspectos del movimiento moderno (Y de otros movimientos).
Dejo aquí un ensayo que me pareció muy interesante hablando precisamente de este tema, y utilizando como ejemplo al arquitecto americano Ralph Adams Cram. Es algo largo y en inglés, pero bueno, para quien lo quiera leer.
Os lo resumo un poco aquí:
Princeton Graduate College. Ralph Adams Cram, 1915.
Princeton University Chapel. Ralph Adams Cram, 1921.
Harvard Graduate Centre Walter Gropius, 1949
Absolutamente. Y de plena actualidad.
También, a todos, nos gustan mucho más las zonas de nuestras ciudades con 100 años o más que las más nuevas (casi que a más nueva, peor). Algo pasa.
Pero yo creo que la dicotomía que algunos presentan arquitectura moderna (mal) / tradicionalista (bien) es torpe e inexacta. Ellos son los primeros que ni muertos decidirían gastarse 4 o 5 seis veces más en un proyecto de reforma de su casa para que sea “trad” (con sus ebanistas, carpinteros, pintores, herreros…). Por no olvidar lo del sesgo de supervivencia (han llegado los palacios, las iglesias y los edificios burgueses… lo demás casi siempre ha desaparecido).
Cada arquitectura tiene su momento. Cuando Villanueva hizo el Gabinete de Historia Natural, en ningún momento pensó que lo que tenía al lado era un edificio gótico.
Yo ya veo la arquitectura del Movimiento Moderno como parte de la historia y desarrollo de las ciudades.
Hay un documental muy bueno sobre la Bauhaus de Dessau, y de cómo los tejados planos llegaron a ser una osadía con ánimo provocativo, a la tradición del tejado de teja a dos aguas.
No me imagino la cara de incredulidad que tuvieron que poner en los 30, cuando en una zona de palacetes como la Castellana, Arniches Moltó construyó el pabellón de la Residencia de Señoritas. Hoy cualquiera que conozca el edificio, sabe que es flipante.
Hotel Mercator,
(1954),
Fuente foto : COAM guía de arquitectura,
Un ejemplo de lo que se denominó el estilo “mambo”,
Fuente: scalae. net
Como quedó después de la reforma del “Estudio Allende”
Leyendo hoy más ensayos de Witold Rybczynski, en este caso sobre la reconstrucción del pasado, me he acordado de esto Tonino, precisamente porque habla exactamente sobre tu frase. Lo dejo aquí porque me ha parecido muy interesante. Un saludo.
Peter Eisenman hizo un proyecto para ese hotel, muy en su línea. No ocupaba todo el solar, como se hizo finalmente, solo la parte que hace esquina con calle Alameda. Lo tengo en una revista por algún sitio pero ahora no lo encuentro. Solo tengo esto que he encontrado investigando. Hubiera sido su primer y único proyecto en Madrid. Hay bastante en esta página. Espero que habléis japonés
Atocha 123 Hotel-建筑设计-其它建筑案例
Esto para mí es lo fundamental, la asociación entre estilos arquitectónicos y lo que es últimamente una valoración moral.
Entiendo y comparto ciertos argumentos del lado pro-trad: me parece que en pos de “la modernidad”, se ha abandonado el arte de la decoración y la complejidad, el detalle. También creo que es un tema económico, el capitalismo financiero no ve las casas como un hogar sino como un producto de mercado antes y de inversión ahora, y no le preocupa si los azulejos de la cocina son bonitos o no sino si el valor que añaden es más que su coste.
En lo que no estoy de acuerdo es que la única respuesta posible que traiga de vuelta esa “belleza” sea el mismo lenguaje clásico de los edificios del pasado, o el gótico, o el románico. Creo que bebe de un nacionalismo europeísta por reconstruir una cierta visión del pasado concreta, una visión de la ciudad europea concreta que va mezclando estilos arquitectónicos varios a gusto del consumidor y que en gran parte se basa en versiones de esa arquitectura del siglo XIX.
Que quitando el elemento político, la cosa para mí es que a pesar de tener ejemplos de edificios impresionantes de arquitectura “trad” que responden a otros paradigmas distintos al clasicismo europeo en España, parece que el discurso se limita a impulsar un estilo “pastiche” entre el neoclasicismo, el modernismo más conservador y, si acaso, algún elemento gótico.
Es un tema profundamente económico en su mayoría. Arquitectónicamente puede tener muchas excusas y argumentos pero creo que la gran base de estos movimientos es que ahorras muchísimo dinero en un edificio de moneo frente a algo como un monasterio barroco (o época que queráis).
Es cierto hemos mejorado las viviendas de la clase llana, las técnicas usadas hoy en día superan en mucho las de cualquier siglo pasado, aunque seguimos viendo auténticas barbaridades y no quita que un paseo por cualquier centro histórico, pueblo perdido español o barrio del XIX, supera por mucho estéticamente a un paseo en Valdebebas o cualquier otra zona moderna.
Los movimientos tradicionalistas que hay ahora son una respuesta rebelde a lo moderno, a la falta de gusto y construcción en serie de edificios sin alma, a gastarte un billón de euros en una caja de cristal o de acero, a ver amasijos de hierro en las rotondas que valen millones, frente a la superioridad de cualquier monumento pasado.
Es mucho más fácil apreciar la belleza en un palacete de castellana que en una torre de Foster o Zaha Hadid, o la Fachada de la catedral de Murcia en vez de la ampliación del ayuntamiento de Moneo.
Me gustan los ejemplos que compartís muchas veces, casas increíbles como la casa Guzmán, pero no supera a lo clásico, este hilo va de eso prácticamente.
Ya pasamos por la vuelta al clasicismo, luego al romper con todo, luego otra vez, ahora vuelve el gusto por lo pasado, sin más, un pendulazo que volverá por el mismo lugar.
Se vuelve, pero no al mismo sitio, como dijo Marx, la historia es una espiral.
Tampoco tenemos que perder de vista el «sesgo del superviviente», los edificios que vemos del pasado son los que han sobrevivido, como dentro de 200 años no estarán aquí todos los edificios del movimiento moderno. Esto provoca un sesgo positivo hacia lo que nos queda.
El caserío de Madrid en el siglo XVIII era en su mayoría de una o dos alturas, y nadie diría hoy que estaba mejor así porque era más antiguo.
Yo siempre he dicho lo mismo: cuando tienes que explicar por qué un edificio es bonito, es porque es feo.
Nadie te tiene que explicar la belleza del palacio real o el palacio de correos.
Me recuerda este diálogo:
No estoy de acuerdo. Hace años, paseando por Praga, te dabas cuenta que uno de los edificios más fotografiado era la Casa Danzante de Gehry
Un hito rodeado de casas señoriales. En Bilbao hubo un antes y un después de Gehry. Y en Madrid, el Caixaforum de Herzog & de Meuron, lo mismo.
No hace falta hacer una arquitectura espectáculo como se hacía a finales del XX y principios del XX para que la gente en general aprecie la arquitectura contemporánea si tiene una calidad notable.
En los cincuenta, sesenta y setenta, los palacetes de la aristocracia de la calle del Cisne, de Recoletos y de la Avenida del Generalísimo, eran apreciados estéticamente por muy pocos y se derribaban con alegría. Y las casas del casco histórico, si hubiesen desaparecido y dejado paso a construcciones como las que se hacían en Moratalaz, casi nadie las hubiese echado de menos.
¿Por qué todos lamentado el derribo de “La Pagoda”? porque era singular y había sido un hito relevante en la ciudad.
Seguramente el edificio madrileño que más se echa de menos, más que las Caballerizas Reales, los mercados de hierro de la Cebada y Mostenses, la iglesia del Buen Suceso, el Palacio de Medinaceli, el de Xifré o la Fábrica Gal.
Sin contar con que se juzga el libro por la portada. Incluso de los palacetes sobrevivientes, me da la impresión de que muchos tienen espacios interiores mejorables. El portal de Lagasca 99 es mucho más impresionante que varios de los vestíbulos de entrada de esos palacetes
Se te ha calentado la boca, yo al Palacio de Medinaceli lo hecho mucho de menos, el de Colón, sobre todo por lo que lo sustituyó.
En cuanto a Praga podrán fotografiar la casa Dazante pero dudo que alguien le de mayor calidad estética que a el reloj astronómico, la catedral o el museo nacional. Estoy seguro que en Madrid el más fotografiado o de los que más es el Bernabeu o el Capitol y en mi opinión están muy abajo en la lista.
No le quito mérito a la Pagoda, o caixa Forum (Aunque gran parte de la belleza es conservar un edificio industrial de época bonito) pero creo que a poca gente le pueden gustar más que el Palacio Real, Cibeles, el edificio de la Armada, Metropolis, Matadero, Ministerio de Agricultura…
Todo movimiento, tiene su momento, su porqué, el futuro no será Art Decó como pensaban antes, ni será como lo vemos ahora en renders de ciudades árabes, puede que vuelva algo más tradicional, o puede que evolucionemos a otra cosa nueva. Yo me quiero inclinar a una vuelta a un estilo pasado, incluso mezclando varias cosas, como ya ha pasado en otras épocas.