Para pensar en el planemiento de centralidades al modo Shenzen o NY habría que tener en cuenta la escala.
A mi entender, y esto lo hablaba el otro día con una responsable de urbanismo en el AM de Madrid, habría que pensar en centralidades en la escala metropolitana, no necesariamente en el municipio de Madrid.
Sigo pensando que es imprescindible, por capacidad, ampliar la red de cercanías, y coserla con una, potente, circular, metropolitana, que facilite trasbordos y dé cabida a la creciente movilidad transversal e intercoronas periféricas.
Pues bien, el planeamiento de esas líneas debería aparejar esas nuevas centralidades en nodos de cruce, más aún donde sea compartido por carreteras e intercambiadores, descongestonando la almendra y sus accesos, y facilitando la vida a la gente.
Por supuesto, no se trata de emular esas líneas del cielo de Londres, tan tupida, de Moscú, tan hortera, o de las ciudades chinas, quizá con buena composición pero, con frecuencia casi complentamente vacíos (por eso los iluminan de colorinos por la noche), sino de algo a escala Madrid -que no tiene 30 millones de habitantes a lo Shenzen, ni 14 a lo Londres- más humano, y acompañado de una regulación que impida fenñomenos indeseables como la carestía de precios en la vivienda por recalentamientos del sector, como ocurre en Londres.
En Madrid se está intentando un plaenamiento metropolitano desde la Comunidad. Ignoro a qué escala y profundidad, tampoco sé con qué objetivos.
Pero me huelo que, de seguir la lógica de los últimos 100 años, las centralidades, de forma espontànea, tienden hacia el Norte. Tenemos de 10 a 30 años para llenar Chamartín, que en Madrid los ciclos económicos son más espasmódicos que esas ciudades. Pero ya imagino a alguien buscando suelo en San Sebastián de los Reyes o Tres Cantos.