Cómo la ciudad más grande del mundo consiguió mantener el comercio local y no llenarse de franquicias
El arquitecto español Jorge Almazán es autor de Emergent Tokyo, un libro sobre cómo la capital de Japón consigue equilibrar su estatus de ciudad global con negocios independientes y comunidades locales
El área metropolitana de Tokio tiene casi tantos habitantes como España entera: 40 millones. Es una de las grandes megaciudades globales y como tal está sujeta a las mismas amenazas: a que los precios de la vivienda expulsen a la población y a que esos mismos precios homogeneicen el paisaje comercial y lo llenen de franquicias. Sin embargo, algo en el urbanismo de Tokio ha conseguido mantener callejones en los que florecen comercios minúsculos e independientes, en los que los comerciantes se autogestionan más allá de la planificación urbana gubernamental.
El estudio español Práctica —Jaime Daroca, José Mayoral y José Ramón Sierra— ha sido el encargado de regenerar 15 kilómetros de la ribera del río Somes a su paso por la ciudad rumana de Cluj-Napoca. Fruto de un concurso convocado en 2017, la intervención ha contado con la participación de un extenso grupo de colaboradores interdisciplinares. El curso del río adquiere grosor, dando lugar a un conjunto de nuevos espacios públicos, que incluyen plazas, playas y gradas.
Si, más sencillo porque allí no han tenido que esconder debajo una autopista. Pero con una transición entre el parque y el cauce mucho más estudiada y conseguida. Algunas de esas soluciones se podrían aplicar aquí, como los taludes en grada o ajardinados y los miradores en voladizo. Quizá algún día…
Sí, estoy de acuerdo en lo del cauce. Hablaba del diseño del parque en sí.
Piensa que, cuando se diseñó el de Madrid, no se pensó en la renaturalización que vino después, sino en mantener el río represado; por eso no se pensó tanto en taludes y gradas cercanas al río (aunque en la zona de Marqués de Vadillo sí las hay).
No, si estoy de acuerdo, pero aún sin renaturalización del río, se podría haber pensado en suavizar los bordes y actual de alguna forma para hacerlo un poco menos duro. Hubo un intento con la grada en la zona del Puente de Toledo, pero creo que se quedó a medio gas. Ahora creo que es el momento de repensar los bordes y meterles mano, porque es lo que más chirría en la mejor obra urbana que ha habido en Madrid en muuuuuchos años.
Bueno, por supuesto, ahora es momento de repensar, como dices, ante la situación actual del río (que ha cambiado bastante, respecto al momento de la obra).
Piensa, además, que el diseño del parque va camino de los 20 años.
No hay que olvidar que en Madrid Río tenían que pintar sobre un lienzo que eran los cajones de los túneles, y en gran parte del río van pegados a este y muy por encima. Donde se pudieron acercar al río lo hicieron, como al norte del Puente de Toledo.
Obviamente no era el objetivo principal, pero es que para acercar los márgenes al río, esto debería haber sido un objetvo no ya de Madrid Río, si no del soterramiento.
Eso está claro. Por eso digo que ahora es cuando habría que continuar con actuaciones que dulcificasen los bordes del cauce, con gradas, taludes, terrazas, etc… con un diseño que tenga en cuenta la subida del nivel en caso de crecidas. Es cuestión de ponerse, porque soluciones hay, y la mejora sería enorme.
En la costa sur de la capital de Grecia, finalmente está cobrando impulso un plan largamente esperado para transformar el antiguo aeropuerto de la ciudad en la ciudad inteligente más grande de Europa.
Solo espero que en MNN se salga un poco del centro de negocios clónico… Cuente con obra de estudios madrileños y españoles, y no den toda la tarta a Foster, BIG y demás…
En el Henares ya les cuesta (a nivel presupuestario) a los ayuntamientos adecentar un poco el entorno. Esto requeriría una inversión demasiado grande. Imagino que pasaría lo mismo con otros ayuntamientos pequeños.
Bueno, el estudio madrileño ha puesto el porfolio, el autor real es un arquitecto italiano de Venezia que tiene estudio en Londres. Tiene mucha influencia de Barozzi Veiga.