Madrid comparada con

Pues a riesgo de enfangarme en una discusión de política, diría que precisamente esa es la verdadera “singularidad trágicómica” de Barcelona (y también de Cataluña) que afecta directamente a su evolución urbana reciente:

La ausencia de alternativa política.


En Barcelona la alternativa a Colau podría ser un ayuntamiento liderado por ERC y las fuerzas que agrupase a su alrededor (presumiblemente una geometría variable de independentistas de amplio espectro + izquierda “alternativa”).

En el gobierno autonómico directamente no hay alternativa al entente “catch-all” independentista con políticas generalmente tendentes a la izquierda. Pero de haberla, sería igualmente una vuelta a una coalición de izquierda.


Por así decirlo: en Villarriba tienes pan con huevo y la alternativa es huevo con pan.
En Villabajo tienes ya huevo con pan para siempre, con remotas posibilidades de pan con huevo.

Ni aunque quisieran podrín articular una alternativa real “liberal-ayusil” a la barcelonesa/catalana, aunque fuera en clave no necesariamente españolista en el aspecto identitario.

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A Barcelona le veo dos problemas base de difícil solución.

  1. El miedo a la transformación. En el plan metropolitano madrileño el objetivo base es crear una malla “infinita” (que se extiende hacia Castilla La-Mancha), con una escala de infraestructura y actuaciones inimaginable en Barcelona. Parece que en la capital catalana ahora solo se aceptan o micro-operaciones u operaciones de renovación de lo existente(de maquillaje). No me imagino proyectos de escala, que a veces son necesarios para tirar de la ciudad. Ni grandes distritos de negocios, ni torres, ni nuevos grandes barrios, ni crecer hacia el mar. Parece que nada de eso es una posibilidad.
    Las ciudades globales tienen que trascender la magnitud nacional para alcanzar la magnitud continental o mundial. Pues bien, Barcelona (sus políticos y gran parte de sus electores) defienden que, no solo no sea una ciudad de magnitud continental, sino que deje de serlo nacional, pasando a ser simplemente una urbe regional. Les incomoda la relación intensa con el resto del país e Hispanoamérica.
    Una coqueta e interesante ciudad regional, siempre a la zaga de París (su eterno modelo inalcanzable) y los países germánicos, muy europea y moderna ella.

  2. La política regionalista (catalanista). Esta socaba ya una de las herramientas estrella que tiene la ciudad, que es la lengua española o castellana (no deja de ser eso, una herramienta), y pertenecer a una cultura-civilización en español, que a menudo se intenta rechazar. Y al rechazarlo, pierdes posicionamiento, pierdes atractivo, pierdes oportunidades. A nivel universitario, a nivel mediático, a nivel cultural.
    Imaginad si es importante que yo noto que en las grandes ciudades alemanas, como Berlín, las limitaciones de la “germanoesfera”, una mundo 7 veces menor que el español, estancado o decreciendo. En muchos sectores solo se bebe de lo anglófono (media, internet, no hay un propio cosmos de YouTubers o de Twitteros, en la música mucho más limitado…), incluso se habla en la oficina exclusivamente en inglés. Tengo entendido que en Tokio las limitaciones de la “japonidad” (120 millones de habitantes, estancados o decreciendo) empiezan a ser patentes. La ¿hispanoesfera? o la ¿iberofononía? son una área de proyección, una fuente de talento y un mercado de los más grandes del planeta. París se nutre de su francofonía y su posicionamiento internacional, Nueva York o Londres aprovechan del inglés como herramienta global, las megalópolis chinas de una sinoesfera demográficamente tan relevante como todo Occidente combinado.
    Pues si el alemán o el japonés son problemáticos, imaginad el catalán.

Son básicamente esos dos puntos, y Madrid los ha explotado muy bien, y la inercia de la ciudad se debe a una combinación de los dos (sazonado con las políticas fiscales y auge turístico, pero no creo que sean la base).

Barcelona no parece los vaya a explotar. Tiene miedo a esa escala de megalópolis y al español (paradójico, habiendo sido icono de la transformación metropolitana repetidas veces y escaparate de España durante décadas, puede que más de un siglo).

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Bastante de acuerdo (por esta vez), Boiler. :laughing:

Barcelona últimamente parece más perdida que un pulpo en un garaje. Con pocas ideas, depresión incipiente, pensamientos intrusivos (decrecentismos, nacionalismos, identitrarismos, etc…), ansiedad social, estancamiento cultural…

Mientras que Madrid parece que ha encontrado su sitio en el mundo, se siente cómoda y con ganas de tirar para adelante.

La política regionalista es la que hace Revilla con las anchoas, que no le hacen daño a nadie.

La política catalanista era la que te apoyaba unos presupuestos generales en Madrid a cambio de inversiones por aquí y por allá. Cuestionable pero no dañino.

Lo de Cataluña hoy no es regionalismo, tampoco es catalanismo, es puro y duro nacionalismo identitario separatista y excluyente. Del malo, del que te coge una sociedad próspera y te la destroza en cuatro días.

Llamemos a las cosas por su nombre.

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Qué buen post, Boiler.

Perfectamente escrito y descrito lo que a muchos nos cuesta más vueltas expresar.

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Estoy de acuerdo con los dos. Y es que la Barcelona que fue cumbre de la marca España antes de que se pusiese de moda hablar de marca España… Ha rechazado ese lugar a golpe de haber utilizado el catalanismo como una herramienta para conseguir inversión estatal “la pela es la pela”… Convirtiendo lo que fue una herramienta en un monstruo que se la ha comido.

Hoy, se siente como la capital funcionaria y gris de un país de cuatro regiones.

Añadiría una cosa a las ventajas de Madrid… La idea de acogida, de esa “España dentro de España”. En cuanto Madrid abandonó el complejo de Villa castellana, se llenó de gente de todas partes y empezó a descubrirse a sí misma en los ojos de sus propios ciudadanos… Pasó a ser esa persona madura, atractiva, segura de sí misma… A quién unos envidian, cuchichean, cargan de rumores… Y otros, los muchos, giran la cabeza a su paso asintiendo en silencio.

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Cómo han cambiado los tiempos y la calidad de las élites gobernantes. Antaño (hasta los años 80-90) Barcelona era la capital de la literatura española, con las principales editoriales y con grandes escritores viviendo y escribiendo allí.

Hoy el que puede (empresas y escritores) se ha ido por piernas a otros lugares.
Llevan décadas cultivando lo que ahora están recogiendo.
No me dan ninguna lástima. Con su pan se lo coman.

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Madrid comparada con…

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El problema de la preservación de un idioma “regionalmente concentrado”, perdonen los catalanoparlantes, es algo que he experimentado en mis propias carnes, en otra región europea, que muchos comprenderán porqué es afín en sus reivindicaciones a lo que lleva pasando en Cataluña desde hace unos años. Me refiero a la homóloga Flandes en Bélgica. Acaso pensáis que Puigdemont escogió para su repliegue esa región al azar? En absoluto, sabía que le acogerían con los brazos abiertos. Pues bien, en esa hermosa región de Flandes tuve la suerte de conocerla durante algunos años por razones laborales. Si pensamos que el nacionalismo catalán ha llegado a límites de tolerancia inaguantables para muchos españoles, pues voy a dar la mala noticia de que se puede todavía ahondar mucho más en esa dirección de intolerancia, si observamos lo que sucede en la paradisíaca Flandes…

Chapurreo algo de francés, así que un día me perdí en el coche por la campiña flamenca sin saber que había entrado en un feudo flamenquista extremo duro. Me paré delante de una tienda a comprar unas bobadas que necesitaba y sabiendo que sobre todo no había que decir al tendero “Bonjour”, le dije “Hello”… sin problema, al momento de pagar le pregunté por un mapa de la zona que estaba escrito en las dos lenguas oficiales mayoritarias del país, el neerlandés y el francés. Pues bien, ingenuamente le pedí al tendero que me indicara la dirección de un pueblo mostrándole la versión en francés con el dedo. Contestó que no sabía. Me quedé un poco extrañado, la verdad que el pueblo estaba a apenas 20 km de su tienda. Viendo que no era una persona de esos lares, me dijo que me lo podía explicar sobre el otro lado del mapa, que venía en su lengua. El mapa estaba duplicado por las dos caras, idéntico, salvo que una cara estaba en francés y la otra en neerlandés. Bueno, pues en neerlandés indicó su dedo índice con toda seguridad, diciéndome algo como “here”… en el mapa en francés creo que todavía estaría esperando que me pusiese el dedo.

Y más, ¿sabéis que para comprar un terreno, una casa, o una ruina, en Flandes, es necesario pasar un examen de lengua básico en neerlandés? De esta forma quieren evitar que su territorio se venda a extranjeros que no hablan su lengua. Es una norma antieuropea flagrante, que va contra el libre movimiento de capitales y el libre establecimiento de los ciudadanos europeos. Varios europeos han recurrido este proceder al tribunal de justicia europeo, que ha dictaminado obviamente que dichas prácticas son anticonstitucionales de la UE, pero eso no les importa… se aplica de forma camuflada.

Las lenguas identitarias “pequeñas” tienen el peligro de constituir un ideal, como el santo Grial, de los nacionalismos excluyentes. Acaso piensan que así van a promocionar su lengua y cultura a otras partes? Me quedé sin visitar la histórica biblioteca de Lovaina, en zona flamenca, por esas razones. Al parecer, dicha biblioteca en el pasado tenía una colección de primer orden histórico, libros en francés antiguo, en latín, en hebreo, en neerlandés… pues el nacionalismo flamenco consiguió escindir el patrimonio de dicha biblioteca en dos sedes. Una en Lovaina, con solamente los libros en neerlandés y afines, y otra en Valonia, con el legado de libros en francés. Es miserable.

Así que nos podemos dar aún con un canto en los dientes en España, tiempo al tiempo, en Cataluña se puede envenenar todavía mucho más la huida hacia adelante de los extremistas. Claro está, tendrá un coste cultural y socioeconómico tremendo, pero eso en la mente de unos fanáticos no importa mucho. Ojalá no llegue jamás.

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^^ Pues es un ejemplo muy bonito porque demuestra que un “país” se lo carga el que tiene la cerrazón de no ver más allá de su casilla del tablero sin comprender que el mundo es un ajedrez muy grande.

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En mi enfoque egoista (el mismo enfoque egoista que se adoptó allí) sigo viendo todo esto como una buena noticia para Madrid. El regionalismo y el aislacionismo beneficia a las ciudades abiertas; más editoriales en Madrid, más productoras cinematográficas en Madrid, más turismo en Madrid, más eventos en Madrid, más estudiantes internacionales en Madrid, más foros internacionales, más multinacionales, etc, etc…

Existe un mercado, unas oportunidades, a escala peninsular que se podrían disputar entre Madrid, Barcelona y quizá Lisboa, pero si se se produce la incomparecencia de alguna de las dos últimas pues pista despejada…es una magnífica oportunidad que hay que saber explotar.

Cuando Quebec se pegó un tiro en el pie, el devenir natural de los acontecimientos supuso una oportunidad para Toronto. Hoy en día cualquiera que va a Canadá ya sabe donde tiene que montar su empresa. Más claro imposible…

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Egoístamente yo firmaba ahora mismo otra legislatura de Colau y de procés sin dudarlo ni un momento.

Dos ya igual sería abuso.

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El drama es que Bélgica es una invención que no llega ni a dos siglos de historia como estado tapón. Y Cataluna, como unión de condados bajo la Corona Aragonesa, lleva desde 1469 pretendiendo o integrando ( con los matices que queramos poner) parte de una estructura estatal común.

Pero bueno, aun así la tiene algunos retos Madrid, sin duda, que parece no se solucionan:

  • Ordenación del espacio actualizada. Aparecen nuevas necesidades como terciario tecnológico o residencial prime (que gustan ahora de zonas urbanas consolidadas) que el planeamiento madrileño no contempla. Por eso el mercado residencial ordinario o el logístico no tienen problemas de espacio en Madrid, pero las nuevas demandas sí. También surgen nuevas dinámicas y problemas (centros de negocios periféricos, áreas urbanas encontradas pero no soldadas, transformación de distritos como Tetuán o Carabanchel…) que no se ordenan, ni potencian, ni resuelven.
  • Posicionamiento como ciudad de vanguardia, es necesaria la sintonía entre administraciones y el talento, cierto compromiso con la excelencia y la modernidad: intervenciones artísticas, urbanísticas, culturales… Al final así se crea marca. Lo de Christo en el Arco del Triunfo, por ejemplo, también fue posicionamiento de marca “París”.
  • Constante “huida” hacia adelante: llevamos 20 años con la inercia de los mismos planeamientos. Hay que pensar y definir las cosas que están por venir. Las competidoras están planeando con horizontes para 2030, 2050 o 2070. No hay que quedar rezagados.
  • Puesta en valor de lo existente: Prado-Recoletos, Palacio Real, patrimonio del XX… Mejoras urbanas varias… Resolver problemas evidentes… Política de una ciudad policéntrica (terminas habilitando más espacios atractivos y ampliando las zonas de oportunidades para actividades económicas, culturales, sociales).

Necesita un dúo en la Consejería de Ordenación del Territorio y en la Concejalía de Urbanismo con ambición y altura de miras.

Limitarse desde la administración a una evolución de la ciudad ordinaria o tecnócrata (construir algunas dotaciones, ampliar algunos equipamientos, actuaciones puntuales en la red de Metro, nuevos barrios residenciales) no es suficiente.

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Prensa barcelonesa:

Nos contarán que vamos bien económicamente, y tendrán razón, pero el alma se cae a los pies porque no se resiste la comparación con Madrid que nos triplica en todos los indicadores.

Devolver Barcelona al mapa mundial

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Permíteme matizar compañero una cosilla.

Bélgica no es “una invención que no llega ni a dos siglos de historia.”

Estrictamente hablando, como mínimo tendrá 4 siglos de historia ¿no? ya que básicamente son los Países Bajos del Sur que “recupera” Alejandro Farnesio en la reconquista católica durante la década de los 1580, y que cristaliza a principio del siglo XVII con la Tregua de los 12 años.


Además, en el actual territorio del Benelux, ya anteriormente en el Renacimiento con la consolidación bajo los Duques de Borgoña existía un fuerte particularismo y sentimiento “neerlandes” diferenciado de otras tierras del SIRG.

Que se solidifica definitivamente con Carlos V cuando unifica formalmente los Países Bajos (Sur y Norte - Paises Bajos actuales y Bélgica) en la Pragmática Sanción de 1549.

Para hacer una comparativa, la conciencia nacional y unificación jurídica de entonces en los Países Bajos era superior a la que podía existir entonces en España entre sus Coronas constituyentes…pero también superior a lo que podía existir en Francia entre sus territorios bajo soberania real.


Otra cosa es que el territorio neerlandés quedase partido por las visicitudes de la historia y que haya llegado hasta hoy en 2 partes disminuidas de la que la meridional ha pasado por sucesivas fases de soberanía extranjera.


Como curiosidad decir que esos Países Bajos primigenios eran altamente bilingues en francés en su parte bajo-germano-parlante también, al menos en sus clases educadas no campesinas.

El mismísimo Carlos V creció en francés como lengua materna en la ciudad de Malinas (hoy pleno Flandes - Brabante estrictamente hablando).

Perdón por el tocho.

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Una cosa curiosa acerca de la posición de Madrid en el mundo es que el nuevo alcalde de Nueva York haya decidido estrenar agenda con Ayuso

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Es triste si eres de fuera, pero esas zonas incluidas Cataluña en algún momento tendrán que decir basta para no desaparecer, tanto su etnia como su cultura y lenguaje, a mi me parece correcto.
Al final, no todo es dinero, ellos han tomado la decisión de preservar su legado para sus hijos, a mi me parece genial la verdad.
Porque muchos habláis de que están destrozando sus regiones etc, y es precisamente lo que quieren, no atraer a gente, estar a su aire, Flandes es de las regiones mas ricas de Europa, perder aun mas su identidad por el puñado de Euros que les pueda traer alguien de fuera, pues habrá gente que lo querrá, ellos han decidido que lo mas importante para su país es preservar el país en si, chapo por ellos.
Si consiguen sus objetivos, la principal diferencia que veo es que en 100 años Brusleas será un termitero multicultural de gente apátrida, sin ninguna cultura mas allá de la cultura pop, eso si con edificios antiguos muy bonitos, pero nadie será apenas Belga real, lo mismo que en cualquier urbe, mientras en el Valle de Arran o en Flandes sus hijos podrán disfrutar de su gente y su cultura.

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Para nada de acuerdo, si hay algún lugar en España que está evolucionando en términos étnicos, religiosos, etc precisamente en la misma línea que Bruselas y más concretamente siguiendo la tendencia de barrios como Molenbeek, es Cataluña con ciudades como Salt y barrios como El Raval que no se parecen en nada a lo que eran hace 20 o 30 años.

No se a que preservación cultural te refieres porque cada día está más disuelta.

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Paradójicamente, tengo la sensación de que Madrid está recuperando su cultura tradicional. Aprovechando el “turismo de pueblo” para recordar que antes de ser capital de España, Madrid ya estaba ahí.

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