Estuve unos cuantos días en Lisboa hace poco. No es la primera vez que voy, pero esta ha sido una visita más completa. Menuda grata sorpresa.
La ciudad ha cambiado en 5-7 años una barbaridad (algunas cosas para mal, como que el centro haya degenerado en gran parte a un cascarón vacío de Airbnbs, pisos de nómadas digitales y calles atestadas de “tuktuks”).
La ciudad mantiene algunos rincones cutres y degradados, pero esa decadencia y suciedad que a mi se me hicieron generalizados ya no están.
Antes de visitarla me dio por leer e investigar, y es que no falla: la urbe está surcada por grandes estrategias que se han ido ejecutado metódicamente durante años, con una fuerte presencia de renombrados estudios locales. Proyectos realmente ambiciosos: plan de transformación del centro, la reforma del barrio de Chiado, el Frente Riberinho con la nueva centralidad cultural en Belem…
Desde 2015-2017 el aluvión de proyectos ha sido bestial. Una atención al detalle, una modernidad no desvinculada de lo local y la preservación fiel de ambientes históricos (me sorprendió la de locales centenarios intactos).
Lo que más me ha gustado es esa aproximación metódica y ambiciosa, colaborando con buenos profesionales, a veces durante décadsa. Se nota.
Aquí me entristece ver todo a medias (Madrid Rio, Calle 30, Matadero, Prado-Recoletos…).
Estos días iré actualizando el hilo de Lisboa.
Estación de metro integrada en el bajo de un edificio, parte del proyecto de reforma del barrio de Chiado llevado a cabo por Siza.
Sé que proponer esto en Madrid, hoy, sería imposible (“es muy complicado” y “es muy caro”).
Y no estoy diciendo que Lisboa sea mejor en todo y que odio Madrid… Simplemente que hay han concluido o están concluyendo grandes operaciones transformadoras, algunas muy bien materializadas, de las que aquí nos desvinculamos demasiado a menudo.