Madrid y su periferia ha avanzado muchísimo en calidad de vida, que era lo más necesario y urgente en esta ciudad, repleta de barrios y viviendas con estándares poco propios del primer mundo.
No creo que los barrios nuevos deban ser ejemplo de diseño, que es algo muy subjetivo y discutible, sino de calidad de vida. Una vez hayamos conseguido eso, el diseño y las promociones de lujo llegan por sí solas como se puede ver en el oeste de Madrid o en muchos Paus, donde se han vuelto a construir viviendas con planos, prestaciones y estancias que no se construían en Madrid desde hace muchos años.
Negar que en Madrid se ha avanzado a nivel residencial (y a todos los niveles) es absurdo. Estamos a años luz de lo que se hacía hace 20 o 30 años. Y lo que nos queda.
París es densa pero no abigarrada. Eso le ha permitido, previa destrucción total Haussmannsiana, tener amplias avenidas y edificios monumentales que Madrid no puede ni podrá permitirse nunca en su centro hiperdenso y abigarrado.
Hay que ser conscientes de dónde y cómo vivimos y de las limitaciones que tenemos como ciudad, que no son pocas pero que por otro lado podrían ser mucho peores, solo hay que ver el centro de Barcelona.
Es que yo diría que en Madrid en los 70-80 se urbanizaba francamente bien. Son habituales de esa época torres residenciales entre amplias zonas verdes. Una calidad de barrios como pocas zonas de España.
Yo no tengo claro que en residencial la evolución haya sido muy positiva.
Y en equipamientos y proyectos públicos, decreciente sin duda.
Por supuesto, siempre hay margen de mejora y Madrid tiene edificios ocupados por la administración que si se liberasen para actividades hoteleras y comerciales supondrían una auténtica revolución urbana, pero hay que ser conscientes de dónde venimos y hacia dónde vamos.
No podemos dar una patada y convertirnos en Londres, que parece que es lo que alguno por aquí nos exige.
Desde luego el parque de viviendas del Ensanche es envidiable, pero al mismo tiempo, el parque de viviendas del casco histórico de Barcelona es “para olvidar”. Igual que las posibilidades de su trama urbana en relación a la hotelería de lujo y al comercio, que es a lo que yo me refería.
El centro histórico de Madrid tiene muchas más posibilidades que el de Barcelona, y muchas menos que el de Londres o París.
Hay que saber dónde está cada uno, y en base a eso juzgar.
A lo mejor es por la evolución de la arquitectura o del público, pero hoy (en Madrid) no se suele colaborar con arquitectos sobresalientes para hacer estos proyectos. Sería interesante saber el por qué. Alguna cosa de Burgos y Garrido o Bueso Inchausti hay, pero no es de esta escala.
Porque la vivienda de lujo residencial y el público que la demanda se ha mudado a la periferia de Madrid desde hace muchos años. Ahora está empezando a volver al centro, pero aún así la edificación en altura residencial está muy restringida.
No es que no se hagan viviendas lujosas, es que son mucho menos visibles y se han construido en la periferia.
Yo vuelvo a mi teoría: se han hecho muchas concesiones a los promotores. El Ensanche de Madrid estaba lleno de patios verdes y se permitió que se sobre edificara.
Es como si hubieran permitido, en París, tirar viviendas de Haussmann para re-densificarlo todo más (oye, en Barcelona igual).
Y si los barrios nuevos son tan malos es porque se ha producido un legado “tormenta perfecta”:
-Aguirre prohibiendo construir en altura, que parecía era algo que en Madrid funcionaba muy bien
-Reducir el crecimiento de la ciudad a mallas reticulares casi infinitas, sin quebraderos de cabeza para los promotores y constructoras, sin chorradas como “paisaje”, “planeamientos interesantes” y tal, que podía retrasar y complicar todo un poco más.
-La administración local se desentiende por completo de la calidad y tipología de lo que se construye, o directamente, de la arquitectura.
Creo que hay que exigirle las cosas a los promotores, exigirles calidad (no necesariamente hacia cosas más caraa), poner un listón alto en nuevos barrios y edificios públicos.
En España y en Madrid hay mucho conformismo con los edificios residenciales (y comerciales, pero no entra al caso). Boadilla o Las Tablas como barrios “pijos” chocarían a un alemán o un francés, pero no creo que lo hiciera el típico barrio de Moratalaz o Ciudalcampo.
Boadilla no es en absoluto clase alta. Comparar la Moraleja o Mirasierra con Boadilla es, nuevamente, equivocado.
La clase alta madrileña de las última décadas se ha establecido en urbanizaciones que nada tienen que envidiar a la Moraleja, como la Urbanización del Golf en Las Rozas, Villafranca del Castillo o La Finca.
Esa sí es una comparación más equilibrada. En Madrid se han construido auténticos Beverly Hills en las últimas décadas de los que la mayoría de la gente no sabe ni de su existencia.
Uf, temo que eso ejemplos son de los 80-90… Si no anteriores… La Finca si que es nuevo nuevo. Pero a mí no me gusta nada. Aunque sí te admito que es muy generosa especialmente, y sí se ha intentado hacer arquitectura singular.
Todo el oeste de Madrid y parte del norte está repleto de urbanizaciones de lujo “clásicas” y no tan clásicas con muchas parcelas libres en las que se están construyendo cosas muy interesantes y muy lujosas, pero que nuevamente son “invisibles” para el público general.
En Madrid hay mucho más lujo del que parece a simple vista. Y quien de verdad tiene dinero se construye una casa en Somosaguas, Montepríncipe, La Finca, El Bosque, Villafranca, Golf Las Rozas, Dominio de Fontenebro, La Moraleja, El Plantío o cualquier otra urbanización de super lujo de Madrid.
En cambio Valdemarín, Nuevo Boadilla, Los Satélites, Fresno Norte u otras del estilo, son urbanizaciones de chalets y adosados acomodadas para la clase media, en ningún caso es residencial de lujo para la clase alta.
La construcción de torres lujosas hace mucho que desapareció de Madrid porque la clase alta se mudó a la periferia, igual que en otras ciudades europeas. Esperemos que con Madrid Nuevo Norte volvamos a ver algo interesante y la almendra central vuelva a recuperar el atractivo para las clases altas que se perdió hace décadas.