Opiniones de otros cuñados como yo…
Necesidad de más concursos
El colegio también tiene la obligación de extender los concursos, porque la mejor arquitectura surge de la competencia. Durante mis años al frente de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) yo convoqué 255 concursos, que generaron un cambio en la forma de construir PAUs.
Sigfrido Herráez, decano del COAM, del PP.
Quizá Madrid sea la única ciudad de nuestro entorno en la que, a la hora de elegir al equipo redactor de una obra de esta envergadura no valore en ningún momento la necesidad de contar con arquitectos, urbanistas, sociólogos, ambientalistas o paisajistas —entre otros perfiles imprescindibles—, no ya para redactar un buen proyecto, sino para entender la obra que es necesario diseñar. Hay multitud de ejemplos en París, Seattle, Boston, Helsinki, Maastricht, Nueva York o Londres, donde se han ejecutado grandes operaciones vinculadas con la ‘domesticación’ de infraestructuras urbanas y el espacio público.
Pero también esa experiencia se ha producido con enorme éxito en Madrid. El ‘Pasillo Verde del Suroeste’es la prolongación de Madrid Río, donde un equipo de arquitectos en colaboración con otros muchos profesionales de distintas disciplinas diseñó la superficie del soterramiento de la M-30. Y es necesario recordar que Madrid Río es el proyecto urbano desarrollado por la ciudad de Madrid que más premios ha recibido en todo el mundo, y es visitado continuamente por centenares de estudiantes, profesores e investigadores de muchos lugares, amén de ser —y, sin duda, esto es lo más importante— un éxito ciudadano que es disfrutado por miles de personas todos los días.
El proyecto del ‘Pasillo Verde del Suroeste’ nace gravemente enfermo, por cuanto se ha concebido como una operación de infraestructura de movilidad que desprecia los valores urbanos y ciudadanos, la búsqueda de la excelencia y la sabiduría que generan los equipos multidisciplinares. Si este proceso no cambia de rumbo, una excelente oportunidad para Madrid se perderá de nuevo.
Francisco Burgos y Ginés Garrido, son profesores de la ETSAM-UPM, muchos conoceréis su estudio, autores de Madrid Rio.
El desvanecimiento de los concursos —que proviene a la vez del escaso entusiasmo por los mismos de instituciones como el ayuntamiento de la capital y de la reducción de la inversión pública en edificios— no sólo priva de oportunidades a los arquitectos, sino que hurta a la ciudad la ocasión de reflexionar sobre su conformación. Las grandes operaciones actualmente en marcha (Mahou-Calderón, al borde la M-30; Chamartín, en continuidad con la nueva estación ferroviaria; y Barajas, en torno a la T4 del aeropuerto), se están desarrollando todas al margen de cualquier debate profesional o ciudadano, encomendadas a técnicos de las propias administraciones o a empresas de consultoría, y sin más discusión que la de los partidos políticos sobre densidades o porcentajes de usos, olvidando que el elemento esencial son los trazados urbanos, que marcan en el territorio huellas indelebles que condicionan el futuro.
Luis Fernández-Galiano, arquitecto, catedrático de proyectos en ETSAM y director de Arquitectura Viva