Este es uno de los riesgos de la falta de coordinación y dirección en la metrópolis madrileña.
Por supuesto que Madrid no hace más pobres las provincias de alrededor. Habría que ver a Guadalajara, Toledo, Segovia o Ciudad Real de no estar Madrid ahí.
Pero esa es la sensación y percepción de muchos. Partiendo de la costa, entras en una estepa infinita en la meseta, y casi de golpe, aparece Madrid. Pasas rápidamente de los pueblos vacíos y paisajes como los que describe Antonio Machado a una ciudad saturada, con atascos, cada vez más más pisos de 30 metros cuadrados.
La riqueza que se genera y se atrae en Madrid tiene un impacto en el territorio muy concentrado.
Habría que ver como se sostiene ese discurso del Madrid-donut si tuviéramos medias distancias mucho más frecuentes y accesibles a todas las provincias de alrededor, Cercanías a todas las ciudades medianas-pequeñas a 50-100km, colaboración en el desarrollo de suelo…
Habría que ver qué supondría que un tren de Cercanías llegara regularmente a Tarancón o Ávila.
Podría multiplicarse el fenómeno que hemos visto en el corredor del Henares o el eje hacia Toledo.

