He tenido el placer de visitar el edificio hace una semana o así, pero la verdad, me dejó muy frío… No ya por el edificio, que es una bonita reconstrucción (todo aquello que es reconstrucción), y sin meterme en los espacios contemporáneos, simplemente el contenido de la exposición ya inaugurada me pareció… insulsa. Y el complejo parece un pupurri de programas (“Berlín ciudad global”, con tecnología, con arte asiático antiguo), sin ninguna definición clara que le den una identidad. Me dio la sensación de que era un edificio enorme con la necesidad de buscar un relleno para llenar sus salas. Ahora bien, aun queda el “museo” por abrir, y puede que mi opinión cambie para entonces (eso sí, la mezcla de programas en el complejo me seguirá resultando algo extraña).
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