Es muy curiosa la forma de crecer de Granada: arrinconada por las sierras y sin poder saltar a la Vega (en teoría) se ve obligada a crecer en forma de de U o de C.
Lo que podría ser una limitación también es un punto fuerte: con una sola línea siguiendo ese recorrido abarcas casi toda el área metropolitana y sus puntos de demanda.
Ciudades como Madrid, que se desparrama por casi todos los costados, necesitan una red mucho más completa, con varias radiales, circulares y semicirculares.
Pienso también en Málaga. Ahí es muy difícil abarcar muchos barrios o focos de demanda (aeropuerto, feria, playa, universidad, estadio, hospitales…) con un trazo sencillo.
Ello podría explicar, tal vez, el gran uso relativo que tiene el Metro de Granada frente al de Málaga (mucho más grande).
Otro punto positivo, con un enfoque de completa actualidad, es que Granada es una franja urbana que de entre 2 y 3km entre Vega y Sierra. Nunca va a tener, pese al caldero orográfico que es ese valle, los problemas de isla de calor que tienen ciudades como Madrid o ciudades más desparramadas en todas direcciones, completamente rodeadas de superficie urbanizada por varios km a la redonda.
Si Granada fuera habilitando los límites con las sierras como parque forestal y los límites con la Vega como parque agrícola, bien mantenidos, con senderos y forestados todo lo que se pueda, tendría una disposición urbana formidable y muy agradable.
Sigo pensando que esa cobertura forestal ayudaría a regular la temperatura, descendiendo aire frío durante el día a través los valles de sus varios ríos. Quedan algunos bosques originarios en la zona de Sierra Nevada que recuerdan cómo debió ser aquello, y que podríamos aspirara a recuperar poco a poco.