Yo no creo que Gallardón y su equipo hablaran a la ligera con este tema. Si su apuesta era claramente Abroñigal sus estudios y razones tendrían. Magdalena Álvarez pasó olímpicamente del Ayuntamiento y se optó por el frankenstein de Atocha.
Gallardón criticó que el plan del ministerio configuraba la nueva Atocha como estación central tanto de Cercanías como de AVE, lo que supondría colapsar la movilidad del entorno, ya que no tenía en cuenta la reducción del tráfico de la zona tras la reforma del Eje Prado-Recoletos. El regidor sostuvo en su día que el proyecto estatal afectaría negativamente al Parque del Retiro y al Jardín Botánico.
La alternativa municipal, “desde una sincera voluntad de cooperación institucional”, era convertir la actual estación de contenedores de Abroñigal en la cabecera de las líneas AVE. En palabras de Gallardón, este emplazamiento tenía 70 hectáreas de suelo, frente a las 17 de Atocha, y estaba ubicado junto a la M-30, una vía de alta capacidad, a sólo 1,5 kilómetros de Atocha.
Este señor, a diferencia del alcalde actual, sí tenía la ciudad en la cabeza, y sí tenía la intención de intervenir decisivamente en el Paseo del Prado. Meter el monstrenco que van a meter en Atocha es sencillamente una locura, por mucho metro e intercambiadores que metas. Abroñigal está ya metido en Madrid, no está más fuera del núcleo de Madrid que Chamartín. Era la solución. A su vera habría nacido una nueva ciudad, tendríamos otro Madrid en la zona. Y conociendo a Gallardón, infinitamente mejor que la purria de Mahou-Calderón, o la ordenación actual de Méndez Álvaro (mejor que la anterior, pero sin ser una maravilla)
Según afirmaban en ecomovilidad:
El AVE a Barcelona fue una oportunidad perdida en este sentido ya que se convirtió en una línea parcialmente coja al terminar en Madrid-Puerta de Atocha: una estación sobrecargada y mal planteada . Mal planteada porque 15 vías en terminal (factor altamente limitante en la explotación ferroviaria) se antojan escasas para tratar de concentrar ahí toda la circulación de trenes de alta velocidad del país. El AVE de Valencia no hizo más que agravar la problemática , exigiendo una carísima ampliación de la estación que probablemente se retrase sine die vista la situación económica, lo que condenaría a los usuarios del AVE de Valencia a tener que tomar el tren en Chamartín en lugar de Atocha, al no existir vías de paso ni en superficie ni en el nuevo túnel provisional que conecta el TR 3 con la superficie.
Habría liberado el espacio ocupado ahora por la estación sur, permitiendo esponjar Méndez Álvaro, más equipamientos y puede que nuevas torres y sobre todo, solucionaría el problema de las líneas pasantes, sin la chapucería que están planteando con la estación pasante. Como siempre, todo pensado con el or.to, y pensando más en motivos políticos (fastidiar a Gallardón) que en los ciudadanos.