Bueno ,pues toca hablar del “Cubo de Moneo”, aunque en verdad es “ampliación del museo del Prado; muy simplificada la explicación;
Fuente: Revista de arquitectura 2007, número 350;
Toca leer; lo siento;
Hay que entender el Proyecto de Ampliación del Museo del Prado como un nuevo capítulo en su ya larga vida; se trataba de definir como “conolizar” el nuevo suelo disponible que incluía Claustro de los Jerónimos, el perímetro en torno a él, y la espalda del Museo y la calle Ruíz de Alarcón;
El proyecto vencedor reclamó la apertura de la puerta de Velázquez, que da al Paseo del Prado, y que propiciaba el tránsito desde dicha puerta hasta el Claustro; no se consiguió; pero decidimos convertirla como el hilo conductor de una serie de episodios arquitectónicos que darán pie a resolver los problemas del programa que planteamos;
A través de ese eje transversal de Puerta Velázquez-Claustro, servía como nexo de unión entre el espacio liberado en el edificio de Villanueva , donde se le quitaba las estancias de servidumbre y dedicarlo exclusivamente a exposiciones,
Puerta de Velazquez
Abside de Villanueva
Cubo o claustro
y usar el terreno colonizado para el acoger esa servidumbre de cafetería ,guardarropa, entrada, nuevas salas de exposiciones temporales, salón de actos, gabinete de dibujos, restauración y terminando en el Claustro;
La sala absidal de la planta baja , tratando de emular lo que Villanueva pretendía al proyectar la Basílica, sirvió como intersección de ambos ejes ,convirtiéndose en la pieza a la que se le confía el solape entre el Museo del Prado (y ya exclusivamente dedicado a la exposición permanente) y la ampliación construida;
Dicha sala absidal se le mantuvo el perímetro, y se usaron los huecos rasgados en sus muros de Villanueva para dominar el corazón del Museo, donde se ven las galerías de la planta baja, y desde las ventanas se vislumbra lo que son las construcciones en torno a los Jerónimos;
ornamentada con las musas de Villa Adriana que pertenecían a la reina Cristina de Suecia, y que fueron adquiridas por Felipe IV y estucada en “rojo pompeyano”; considerábamos como digna introducción a lo que será la visita al Museo.
Unas galerías acristaladas, que abrazan el patio abierto en torno al ábside, nos conduce a un espacio trapezoidal cuyos lados largos coinciden con la espalda del Museo y con la alineación de la calle Ruiz de Alarcón, mientras que en los lados más cortos se produce los accesos desde los flancos norte (puerta de Goya) y sur, con la puerta de Murillo y el Botánico;
En ese espacio oblicuo en el que se distorsiona la visión perspectiva y que refleja el encuentro de las alineaciones de los Jerónimos con las dictadas por el Paseo del Prado; el mencionado patio abierto en el que emerge el ábside, domina la escena y hace que el Museo del Prado esté muy presente en “él mismo”; ese espacio oblicuo también sirve de mediador entre los distintos niveles en que se produce los accesos y acentuando su vocación de espacio de acogida y servicios; el visitante queda liberado de todo lo que es ajeno a la contemplación de obras, encontrándose en una zona abierta para taquillas, guardarropas, aseos, consignas, puntos de información, etc ; también con la cafetería-restaurante o las tiendas-librerías , todo ello bajo el mismo techo y con la intención de que el visitante tome la iniciativa y se mueva con libertad; en este espacio también se incluye la comunicación vertical ,(escaleras, escaleras mecánicas, ascensores), que te llevan al nuevo edificio construido alrededor del Claustro;
El Claustro; a mi la iluminación me parece “poesia”, asi es como lo siento,
Cubierta
Tragaluz para las plantas subterraneas
¿No os parece bonito este interior?,