Bueno, más que Cervera, la clave fue otra baronesa, en este caso política, llamada Esperanza Aguirre, de recuerdo no demasiado positivo para el urbanismo de la Villa y Corte.
Algunos aspectos del proyecto de Siza nunca me gustaron en exceso, muy especialmente la canalización tráficos por una sola calzada, en este caso frente al Thyssen, pero también por la ahora tranquila plaza de la Bolsa.
Por otra parte, es un proyecto que, ahora, se ve algo viejo.
Así que no tengo muy claro si, en este caso, y de forma involuntaria, ambas baronesas hicieron un favor a la ciudad. Sin embargo, el tramo ya ordenado por Siza en Recoletos, me gusta mucho.
Lo que, desde luego, no implica que el estado actual del paseo sea el deseable.
Creo que algún urbanista sin “ataques de arquitecto” (pienso en Siza, pero también en lo que está pasando en París) puede mejorar mucho ese paseo, más aún considerando la disminución de flujos de tráfico en los últimos años: en lo esencial y manteniendo la planta general actual, que en esencia la dieciohesca y con usos no muy distintos, ensanche de aceras laterales que quizá podría estudiar la posibilidad de reservar los andenes laterales para servicio público y servidumbres de garajes- reordenación de plazas incluyendo Colón -eliminando túneles (Atocha) isletas, setos y aparcamientos, recreciendo los espacios en torno a las fuentes, estudiando la posibilidad de acceder peatonalmente a ellas- racionalizando arbolado y mobiliario urbano, recuperando el pavés en plazas y espacios más nobles -Museo del Prado, Sanidad- y estudiando a fondo la iluminación del conjunto.