El dinamismo malagueño se nota hasta en Granada. Cuando subes a la Sierra a esquiar está lleno, llenísimo, de ingleses, franceses y alemanes, antes hasta rusos. Muchos tienen casa en la Costa del Sol o familiares y amigos ahí, y complementan su visita con unos días de esquí.
También hay buses de compañías de crucero que vienen desde Málaga a la ciudad, en los últimos años cada vez más.
La base de operaciones del turismo de la Costa Tropical granadina también es Málaga. Pasa muy inadvertido, algunos ignoran todos los vínculos una vez pasada la frontera provincial.
Por eso veo con mucho más sentido un tren Málaga -Motril, llegando a los pies de Sierra Nevada, que uno Granada-Málaga.
Tanto la Costa como el entorno de Sierra Nevada son los únicos lugares dinámicos de la provincia más allá de la capital, y ambos dependen en mayor o medida de que a Málaga le vaya mejor, aumentando sus conexiones ferroviarias, aéreas y número de visitantes.