Mi pueblo favorito de la Costa granadina es Castell de ferro.
Dicen se llama así por influencia catalana, cambiaron el Castil por Castell.
La topología del lugar es particular, con una vega surcada por dos torrentes que antes de llegar al mar se topa con un suave montículo, en su loma se construye el Castil o Castell.
Esta pieza defensiva data de era romana, fue parte también del collar defensivo del reino nazarí, finalmente ampliado en el XVI.
Fue reventado por ingleses en la Guerra de Independencia.
Siempre aparece vigilando el pueblo y la costa.
El pueblo tiene su encanto, aunque lo desfiguraron sin miramientos durante la burbuja inmobiliaria.
Estaba previsto colonizar toda la loma del cerro con complejos residenciales, urbanizaciones y adosados. Queda algún cadáver de ese plan afortunadamente desafortunado.
Vistas desde el cerro:
Que el dominio de construcciones recientes no os engañe, es una costa muy vieja, cerca de Castell han encontrado restos fenicios en varias calas.
Un pueblo dedicado a la pesca, ahora las actividades fundamentales son el turismo, británico y belga, y los invernaderos, que advierten ya de la cercanía de El Ejido.
Las mimadas calles por los vecinos con plantas exóticas y tropicales prueban el suave y cálido clima del lugar.
