Buenas @paparajote, permíteme “corregirte” un poquito aquí, porque tampoco es factualmente cierto esto que comentas.
Cierto es que Barcelona (y por ende Cataluña) tuvo un periodo de esplendor muy marcado en la Edad Media en los siglos XIII y XIV. Es la famosa edad dorada de los mercaderes catalanes en el Mediterráneo, que se vió truncada por las crisis del siglo XIV y la derrota comercial ante las emergentes repúblicas de Génova y Venecia.
Pero más adelante, durante un largo periodo de la historia en los siglos XV, XVI, XVII y principios del XVIII, Cataluña y Barcelona vivieron su particular “época oscura” a nivel demográfico y económico.
Durante los siglos XV, XVI y la primera mitad del XVII, la burguesía industrial (artesanía de paños y sedas + fundiciones metálicas principalmente) tenían más fuerza en las ciudades de las mesetas castellanas (Valladolid, Segovia, Toledo son ejemplos clásicos) y las ciudades andaluzas (Córdoba, Sevilla, Granada, pero también Úbeda, Baeza etc.) que en otros lugares de la península.
De hecho en la entonces despoblada Corona de Aragón durante este largo periodo de más de 4 siglos la ciudad más populosa e industriosa era Valencia, no Barcelona. Y ciudades como Sevilla, Granada o Toledo en el siglo XVI (y Madrid al final de la centuria por ser sede de la corte) eran más populosas que ambas.
Como la historia da muchas vueltas, con la crisis general del siglo XVII que arruinó la economía castellana y la llegada posterior al poder de los Borbones que integraron a Cataluña en el sistema económico hispano-americano, la situación empezó a mejorar en el Principado catalán a lo largo del siglo XVIII, poniendo las bases de lo que sería su gran explosión económica del XIX por todos conocida.
¿Qué quiero decir? El mensaje que quiero lanzar es que la preponderancia industrial y económica de Cataluña en España tampoco es algo atávico, predeterminado o eterno en el tiempo, sino al contrario: muy reciente en el gran esquema de las cosas. De apenas los últimos 150-200 años.
Si a un español del siglo XVI-XVII le dices que Cataluña en el futuro iba a concentrar el 17% de la población al tiempo que Castilla y León un mero 5%, nos hubiese tachado de locos. Puesto que en su época las proporciones eran exactamente inversas.