Colección Pérez Simón | Madrid

Si fueran falsos. ¿No habría salido ya alguien diciendo que hay un montón de cuadros falsos?. Por que ha salido la especialista en Julio Romero pero del resto no se ha comentado nada. Estamos hablando de una exposición abierta al público con catálogo impreso , no de una negociación con cuadros colgados en la pared de la casa de su dueño.

Digo lo de siempre, la colección merece la pena y rellena un gran hueco por los artistas victorianos y los academicistas franceses. Ahí las piezas son sobresalientes. Luego tiene algunos cuadros de calidad anteriores al XIX, pero apenas aportan algo a las colecciones madrileñas. Aquí el nivel es muy alto y un buen cuadro de Van Dyck no deja de ser uno más teniendo en cuenta que en Madrid hay un buen puñado de obras maestras suyas en el Prado, que se complementan con las que se pueden ver en otros museos y colecciones. Por no hablar del goya, que no aporta nada, o el murillo o la miniatura del Greco.
Y de lo que se ha visto hasta ahora del XX y XXI, tampoco es para tirar cohetes, pero que es una colección interesante, no hay duda y además el coleccionista se hace cargo de la puesta a punto del edificio. Solo podemos estar agradecidos.
Otra cosa es que alguien en su momento la comparase con el Thyssen. Es evidente que juega en otra liga.

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Pero lo raro de todo esto Esq la especialista en Julio Romero lleva varios años diciendo que ese cuadro es falso y Pérez Simón ni se inmuta…. No es nada nuevo.

Yo no digo que tenga cuadros falsos sino las dudas que me ha trasladado una persona que entiende bastante. Pero pueden ser solo conjeturas

La colección es una maravilla y un sueño que esté en España. La comparación con el Thyssen no tiene sentido. Esto será un museo más moderno y mucho mejor.

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“La colección de arte de la mecenas cubana Ella Fontanals-Cisneros , que trenzó un acuerdo durante nueve años con las autoridades de nuestro país hasta encontrar…” “La mecenas italiana Patricia Sandretto también está interesada en ceder parte de su pinacoteca a España de cara a exhibir sus obras privadas de forma permanente en Madrid, pero las negociaciones no han fructificado” no sabía de esto.

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FYI

Susana Martínez-Garrido (Madrid, 1966) es historiadora del arte por la Universidad Complutense, ha trabajado en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales y en el Museo Nacional del Prado. La semana pasada estuvo en Oviedo, invitada por el Club LA NUEVA ESPAÑA, en un coloquio sobre la Colección Pérez Simón, de la que ella es coordinadora para España. Es, además, la comisaria de la exposición “Setenta grandes maestros de la Colección Pérez Simón”, que anticipa el futuro desembarco de este gran patrimonio artístico en Madrid y es uno de los grandes eventos plásticos de la temporada: se inauguró el pasado 20 de septiembre y supera las 56.000 visitas.

-¿Cómo ha acabado coordinando la colección de arte de Juan Antonio Pérez Simón en España?

-Con el futuro convenio con el Ayuntamiento de Madrid llegó un momento en el que había que trabajar con la Colección. Todo el mundo decía “qué buena colección”, “qué fantástica”, pero realmente nadie sabía su contenido.

-Pocas personas habrán tenido acceso a su totalidad.

-Juan Antonio Pérez Simón es muy generoso y siempre ha repartido obras, las ha prestado. En Madrid, en Asturias tiene obras en depósito. En Madrid se hicieron dos exposiciones en el Thyssen, con el que tiene muy buena relación, una en 2006 y otra en 2014, muy específicas: “De Cranach a Monet” y la de arte victoriano. Nadie tenía una visión amplia de lo que era la Colección Pérez Simón. Estamos ante una colección que ha sido privada y que ahora va a pasar al ámbito público. Eso es como emancipar a un hijo: cuesta. Yo había trabajado mucho tiempo con Tomás Llorens, el antiguo conservador del Museo Thyssen y los abogados del Thyssen me llamaron para que les echara una mano en esto: necesitaban a alguien que se pusiera con la colección, que trabajara con ella y que concibiera un proyecto museológico y museográfico.

-Y se fue a México.

-Fui con ellos, me metí en la base de datos, estuve con el equipo de allí y me vine con una primera lista de obras. Eso fue en julio de 2023. Estuve todo el verano trabajando en el proyecto y por el camino nos vino esta exposición.

-“Setenta grandes maestros de la Colección Pérez Simón”, en Madrid.

-Yo no era tan partidaria, pero ahora me alegro, porque para Juan Antonio ha sido una satisfacción enorme ver sus obras expuestas de esta manera. Se ha emocionado muchísimo y para mí eso ha sido una satisfacción. Es muy buena persona. El día que fue a verla le pregunté: “Juan Antonio, ¿te gusta?”, y me contestó: “¿Que si me gusta? Fíjate, me gusta tanto que me da pena pensar que todo esto es mío”. Él siente la necesidad de poner su colección al servicio del público. Es absolutamente generoso, es algo filantrópico, esa exposición le ha costado un dineral, lo de Serrería Belga lo va a pagar él…

-Es difícil imaginar cómo se le entra a una colección de más de 4.000 obras de arte.

-Bueno, yo no he hecho más que empezar a indagar. Volví de México apabullada. Lo más complicado de la exposición de Madrid ha sido la selección de obras, pasar de tanto a algo que sea relevante, significativo. Me queda muchísimo todavía que estudiar, porque Juan Antonio compra y compra y compra y compra…

-Es una colección viva.

-Está viva y en construcción. Ellos no eran tan partidarios -cuando digo ellos me refiero a Juan Antonio y a Oscar de León, que es su mano derecha-, pero yo insistí en que en la exposición hubiera una parte dedicada al arte contemporáneo. Todo lo que se había visto de la Colección Pérez Simón era muy del XIX y yo quería que la exposición de Madrid llegase hasta ayer. La última obra que incluye es de Antonio López, que como tarda tanto con sus cuadros, está fechada en 2010-2015. Hay arte japonés, manga, Yoshitomo Nara, Alex Katz… Yo quería que se viera que es una colección viva y que Juan Antonio, como coleccionista, está al tanto de lo que está sucediendo en el mundo de arte.

-¿Qué criterio aplicó en la selección de las obras de CentroCentro?

-Lo primero que me planteé fue que estuviesen todos los periodos cubiertos. Arrancamos en Lucas Cranack, 1537, y llegamos hasta antes de ayer.

-Dicen que es enciclopédica.

-Eso significa que Juan Antonio compra por flechazos, él busca la belleza y las obras que le motivan, le mueven. Dice que no compra nombres, sino obras, las obras que le conmueven, pero no hay discurso. Hay otros coleccionistas que se centran en arte abstracto, en el conceptual, las vanguardias históricas… Él compra de todo, y no vende. Es una colección integradora, que tiene obra academicista, como la Cleopatra de Cabanel, que es como de Hollywood, o “Amor y Psique”" de Bouguereau, o los dos cuadros de Julien Dupré, con unos campesinos idílicos, y, en medio, la campesina pelando patatas de Van Gogh y en frente Cézanne, Gauguin, que es por donde avanzana el arte. He intentado que estén todos los periodos cubiertos; todos los continentes cubiertos, Europa, América, Norte y Sur y Asia; que hubiese arte mexicano, aunque no es una colección mexicana: la Colección Pérez Simón es internacional, aunque hay una Virgen de Guadalupe preciosa, un cuadro de castas que tiene un gran valor antropológico, está Frida Kahlo, está Rivera…

-También artistas españoles.

-Quería que los hubiera, como país anfitrión, y no ha costado nada, porque tenemos tan buenos pintores… En todos los periodos hay españoles. He querido confrontar el arte academicista y las vanguardias, también en la parte de arte inglés, los victorianos grandilocuentes, como Alma Tadema, y los prerrafaelitas, que es un tipo de pintura mucho más intimista, que mira a la Edad Media y vinculada a los Arts&Crafts.

-La Colección Pérez Simón da para varios museos.

-Cuidado con eso. En México están preocupados porque la Colección venga a España. María José, la hija de Juan Antonio, quiere dejar allí una parte de la Colección, a lo mejor artistas más jóvenes, y crear unas becas, tal vez una fundación. Luego el grueso de la Colección, más clásico, estaría en España, pero hay que cambiar las obras, sustituir, hacer préstamos a museos… Hay que administrarla muy bien.

-No está descartado que la Colección tenga presencia en Asturias, de un modo u otro.

-Juan Antonio siente un afecto especial por Asturias, eso está clarísimo, hasta el punto de no ser objetivo: le presentan a un asturiano y por el hecho de serlo ya le parece bueno.

-¿Entonces?

-Hay que dejar que la Colección se establezca en Madrid, que enraíce y se asiente. Lo siguiente, lo ideal, sería que pudiese venir aquí. Yo quiero que sea hasta cierto punto dinámica y, aunque haya una colección permanente, que se hagan pequeñas exposiciones temporales. Ya tenemos El Prado, el Thyssen… Yo quiero que la presentación de las obras sea muy diferente, que tenga una personalidad propia, que sea dinámico, más moderno. Un poco de aire fresco.

-¿Cómo es el edificio de la Serrería Belga?

-Es un edificio industrial. Dos edificios, concretamente, unidos por una estructura que hicieron en la primera reforma, hace como 14 años, y que se llama la COSA, y se puede iluminar con luces de colores, un espacio muy moderno y que está muy bien para hacer instalaciones, por ejemplo. Luego están los dos edificios gemelos. Es el primer edificio de hormigón armado de Madrid.

-Interesante en sí mismo.

-Está protegido. Es como la prehistoria de los edificios industriales de hormigón. Tiene tres plantas. Recuerda un poco al Pompidou, con el sistema de aire acondicionado a la vista y las máquinas de serrar que se conservan allí.

-La exposición de CentroCentro se anuncia como un aperitivo de lo que se verá en la Serrería.

-Yo quise que al entrar en ella la gente tuviese la sensación de que estaba viendo un museo, para que la importancia de la Colección fuera evidente, que nadie pudiese decir que se le da un edificio que es de todos a un señor que viene de México, y tal y cual… De eso se trataba y objetivo cumplido: a todo el mundo le ha parecido que la Colección merece la pena y que es una aportación buenísima, pero para Serrería yo querría otro enfoque.

-¿Más dinámico?

-Dinámico y con más actividad. Considero que las artes no son compartimentos estancos y me planteaba en el proyecto hacer conciertos en las salas, a centro cerrado, y en el salón multiusos: cuartetos de música del XIX, música holandesa, k-pop si hay pintura japonesa… Algo multidisciplinar. Ahora se ha abierto en Matadero una nave que es una escuela de danza, pues hacer un espectáculo de danza contemporánea en la Serrería, entre las obras, también sería buena idea.

-Pérez Simón dedica mucha atención a la conservación y la restauración de las obras que adquiere.

-Las obras son sus hijos, como él dice.

-Cuentan que habla con ellas.

-Sí, sí. Esa preocupación por el cuidado de las obras la percibí en algo que, parecerá una tontería, pero no y son los marcos. Yo no había visto muchas de las obras enmarcadas y tenía un miedo atroz a que, al colgarlas, uno marcos se dieran de patadas con otros. Resulta que entre todos ellos existe armonía y las obras están impecables. Cuando empezamos a iluminar fue muy impresionante, porque todas las obras están cuidadísimas.

-¿Los puntos fuertes de la Colección? Pintura victoriana, novohispana…

-La asiática también es uno de los muchos que tiene, por eso insistí en los chinos y los japoneses. Es muy poco frecuente ver en colecciones privadas en España pintura asiática. Masaveu no tiene, Koplowitz no tiene… Es un valor añadido de la Colección. El punto fuerte es todo lo que cubre esta colección: es como un baúl lleno de tesoros, si reflexionas sobre ella admite muchos discursos.

-¿Artistas asturianos en la Colección, aparte de los depósitos en el Bellas Artes de Asturias?

-Que yo sepa no, si es obra que tiene en su casa y no está en la base de datos…

-¿Hay en España alguna colección privada comparable a la Pérez Simón?

-En España no hay ninguna, que no sean el Museo del Prado o el Thyssen, pero son de titularidad pública. Siempre la comparan con el Thyssen, pero el punto de partida desde el que se construyen ambas, una Susana Martínez-Garrido (Madrid, 1966) es historiadora del arte por la Universidad Complutense, ha trabajado en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales y en el Museo Nacional del Prado. La semana pasada estuvo en Oviedo, invitada por el Club LA NUEVA ESPAÑA, en un coloquio sobre la Colección Pérez Simón, de la que ella es coordinadora para España. Es, además, la comisaria de la exposición “Setenta grandes maestros de la Colección Pérez Simón”, que anticipa el futuro desembarco de este gran patrimonio artístico en Madrid y es uno de los grandes eventos plásticos de la temporada: se inauguró el pasado 20 de septiembre y supera las 56.000 visitas.

-¿Cómo ha acabado coordinando la colección de arte de Juan Antonio Pérez Simón en España?

-Con el futuro convenio con el Ayuntamiento de Madrid llegó un momento en el que había que trabajar con la Colección. Todo el mundo decía “qué buena colección”, “qué fantástica”, pero realmente nadie sabía su contenido.

-Pocas personas habrán tenido acceso a su totalidad.

-Juan Antonio Pérez Simón es muy generoso y siempre ha repartido obras, las ha prestado. En Madrid, en Asturias tiene obras en depósito. En Madrid se hicieron dos exposiciones en el Thyssen, con el que tiene muy buena relación, una en 2006 y otra en 2014, muy específicas: “De Cranach a Monet” y la de arte victoriano. Nadie tenía una visión amplia de lo que era la Colección Pérez Simón. Estamos ante una colección que ha sido privada y que ahora va a pasar al ámbito público. Eso es como emancipar a un hijo: cuesta. Yo había trabajado mucho tiempo con Tomás Llorens, el antiguo conservador del Museo Thyssen y los abogados del Thyssen me llamaron para que les echara una mano en esto: necesitaban a alguien que se pusiera con la colección, que trabajara con ella y que concibiera un proyecto museológico y museográfico.

-Y se fue a México.

-Fui con ellos, me metí en la base de datos, estuve con el equipo de allí y me vine con una primera lista de obras. Eso fue en julio de 2023. Estuve todo el verano trabajando en el proyecto y por el camino nos vino esta exposición.

-“Setenta grandes maestros de la Colección Pérez Simón”, en Madrid.

-Yo no era tan partidaria, pero ahora me alegro, porque para Juan Antonio ha sido una satisfacción enorme ver sus obras expuestas de esta manera. Se ha emocionado muchísimo y para mí eso ha sido una satisfacción. Es muy buena persona. El día que fue a verla le pregunté: “Juan Antonio, ¿te gusta?”, y me contestó: “¿Que si me gusta? Fíjate, me gusta tanto que me da pena pensar que todo esto es mío”. Él siente la necesidad de poner su colección al servicio del público. Es absolutamente generoso, es algo filantrópico, esa exposición le ha costado un dineral, lo de Serrería Belga lo va a pagar él…

-Es difícil imaginar cómo se le entra a una colección de más de 4.000 obras de arte.

-Bueno, yo no he hecho más que empezar a indagar. Volví de México apabullada. Lo más complicado de la exposición de Madrid ha sido la selección de obras, pasar de tanto a algo que sea relevante, significativo. Me queda muchísimo todavía que estudiar, porque Juan Antonio compra y compra y compra y compra…

-Es una colección viva.

-Está viva y en construcción. Ellos no eran tan partidarios -cuando digo ellos me refiero a Juan Antonio y a Oscar de León, que es su mano derecha-, pero yo insistí en que en la exposición hubiera una parte dedicada al arte contemporáneo. Todo lo que se había visto de la Colección Pérez Simón era muy del XIX y yo quería que la exposición de Madrid llegase hasta ayer. La última obra que incluye es de Antonio López, que como tarda tanto con sus cuadros, está fechada en 2010-2015. Hay arte japonés, manga, Yoshitomo Nara, Alex Katz… Yo quería que se viera que es una colección viva y que Juan Antonio, como coleccionista, está al tanto de lo que está sucediendo en el mundo de arte.

-¿Qué criterio aplicó en la selección de las obras de CentroCentro?

-Lo primero que me planteé fue que estuviesen todos los periodos cubiertos. Arrancamos en Lucas Cranack, 1537, y llegamos hasta antes de ayer.

-Dicen que es enciclopédica.

-Eso significa que Juan Antonio compra por flechazos, él busca la belleza y las obras que le motivan, le mueven. Dice que no compra nombres, sino obras, las obras que le conmueven, pero no hay discurso. Hay otros coleccionistas que se centran en arte abstracto, en el conceptual, las vanguardias históricas… Él compra de todo, y no vende. Es una colección integradora, que tiene obra academicista, como la Cleopatra de Cabanel, que es como de Hollywood, o “Amor y Psique”" de Bouguereau, o los dos cuadros de Julien Dupré, con unos campesinos idílicos, y, en medio, la campesina pelando patatas de Van Gogh y en frente Cézanne, Gauguin, que es por donde avanzana el arte. He intentado que estén todos los periodos cubiertos; todos los continentes cubiertos, Europa, América, Norte y Sur y Asia; que hubiese arte mexicano, aunque no es una colección mexicana: la Colección Pérez Simón es internacional, aunque hay una Virgen de Guadalupe preciosa, un cuadro de castas que tiene un gran valor antropológico, está Frida Kahlo, está Rivera…

-También artistas españoles.

-Quería que los hubiera, como país anfitrión, y no ha costado nada, porque tenemos tan buenos pintores… En todos los periodos hay españoles. He querido confrontar el arte academicista y las vanguardias, también en la parte de arte inglés, los victorianos grandilocuentes, como Alma Tadema, y los prerrafaelitas, que es un tipo de pintura mucho más intimista, que mira a la Edad Media y vinculada a los Arts&Crafts.

-La Colección Pérez Simón da para varios museos.

-Cuidado con eso. En México están preocupados porque la Colección venga a España. María José, la hija de Juan Antonio, quiere dejar allí una parte de la Colección, a lo mejor artistas más jóvenes, y crear unas becas, tal vez una fundación. Luego el grueso de la Colección, más clásico, estaría en España, pero hay que cambiar las obras, sustituir, hacer préstamos a museos… Hay que administrarla muy bien.

-No está descartado que la Colección tenga presencia en Asturias, de un modo u otro.

-Juan Antonio siente un afecto especial por Asturias, eso está clarísimo, hasta el punto de no ser objetivo: le presentan a un asturiano y por el hecho de serlo ya le parece bueno.

-¿Entonces?

-Hay que dejar que la Colección se establezca en Madrid, que enraíce y se asiente. Lo siguiente, lo ideal, sería que pudiese venir aquí. Yo quiero que sea hasta cierto punto dinámica y, aunque haya una colección permanente, que se hagan pequeñas exposiciones temporales. Ya tenemos El Prado, el Thyssen… Yo quiero que la presentación de las obras sea muy diferente, que tenga una personalidad propia, que sea dinámico, más moderno. Un poco de aire fresco.

-¿Cómo es el edificio de la Serrería Belga?

-Es un edificio industrial. Dos edificios, concretamente, unidos por una estructura que hicieron en la primera reforma, hace como 14 años, y que se llama la COSA, y se puede iluminar con luces de colores, un espacio muy moderno y que está muy bien para hacer instalaciones, por ejemplo. Luego están los dos edificios gemelos. Es el primer edificio de hormigón armado de Madrid.

-Interesante en sí mismo.

-Está protegido. Es como la prehistoria de los edificios industriales de hormigón. Tiene tres plantas. Recuerda un poco al Pompidou, con el sistema de aire acondicionado a la vista y las máquinas de serrar que se conservan allí.

-La exposición de CentroCentro se anuncia como un aperitivo de lo que se verá en la Serrería.

-Yo quise que al entrar en ella la gente tuviese la sensación de que estaba viendo un museo, para que la importancia de la Colección fuera evidente, que nadie pudiese decir que se le da un edificio que es de todos a un señor que viene de México, y tal y cual… De eso se trataba y objetivo cumplido: a todo el mundo le ha parecido que la Colección merece la pena y que es una aportación buenísima, pero para Serrería yo querría otro enfoque.

-¿Más dinámico?

-Dinámico y con más actividad. Considero que las artes no son compartimentos estancos y me planteaba en el proyecto hacer conciertos en las salas, a centro cerrado, y en el salón multiusos: cuartetos de música del XIX, música holandesa, k-pop si hay pintura japonesa… Algo multidisciplinar. Ahora se ha abierto en Matadero una nave que es una escuela de danza, pues hacer un espectáculo de danza contemporánea en la Serrería, entre las obras, también sería buena idea.

-Pérez Simón dedica mucha atención a la conservación y la restauración de las obras que adquiere.

-Las obras son sus hijos, como él dice.

-Cuentan que habla con ellas.

-Sí, sí. Esa preocupación por el cuidado de las obras la percibí en algo que, parecerá una tontería, pero no y son los marcos. Yo no había visto muchas de las obras enmarcadas y tenía un miedo atroz a que, al colgarlas, uno marcos se dieran de patadas con otros. Resulta que entre todos ellos existe armonía y las obras están impecables. Cuando empezamos a iluminar fue muy impresionante, porque todas las obras están cuidadísimas.

-¿Los puntos fuertes de la Colección? Pintura victoriana, novohispana…

-La asiática también es uno de los muchos que tiene, por eso insistí en los chinos y los japoneses. Es muy poco frecuente ver en colecciones privadas en España pintura asiática. Masaveu no tiene, Koplowitz no tiene… Es un valor añadido de la Colección. El punto fuerte es todo lo que cubre esta colección: es como un baúl lleno de tesoros, si reflexionas sobre ella admite muchos discursos.

-¿Artistas asturianos en la Colección, aparte de los depósitos en el Bellas Artes de Asturias?

-Que yo sepa no, si es obra que tiene en su casa y no está en la base de datos…

-¿Hay en España alguna colección privada comparable a la Pérez Simón?

-En España no hay ninguna, que no sean el Museo del Prado o el Thyssen, pero son de titularidad pública. Siempre la comparan con el Thyssen, pero el punto de partida desde el que se construyen ambas, una desde Europa, otra desde México, es distinto… Pero sí, sería quizás con la que mejor se podría comparar.

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Veo que este enlace a pesar de tener unos meses todavía no se había publicado en el hilo

No dice nada que no se sepa, que las obras está previsto que comiencen este año y que abra en Serrería Belga el que viene, habla de cómo empezó a coleccionar, de la descolonización de los museos… para mí lo más interesante son las imágenes que ilustran el artículo. Viendo los peines y lo que hay colgado en la casa, puedes confirmar que en la colección hay de todo.

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De todo pero no en el buen sentido….

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Mientras avanzan los preparativos para el museo en la Serrería Belga, en el último trimestre de 2025 se celebrará la exposición “Grandes maestros del arte mexicano. Colección Pérez Simón” en la Casa de México. Habrá que ir a echar un vistazo. :face_with_monocle:

También parece interesante la exposición de Graciela Iturbide.

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No parece que se estén dando prisa en amarrar esta colección de Pérez Simón, que tiene 84 años por cierto. Como si la cuestión de los tiempos no fuera decisiva en estas cosas.

Hace tres años que se lanzó la noticia. Hoy, el lugar donde supuestamente irá el museo y al cual le hace falta una reforma profunda, sigue exhibiendo contenido.

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