Correcto, 2023 se acercó y pienso que en 2024 ya serán 4 millones de cruceristas.
Eso es lo que hace que Barcelona esté literalmente hasta los topes, muchísimo más que Madrid en cuanto a presión turística. Fenómeno similar ocurre en Lisboa, por ejemplo.
Y contrario a lo que pudiera parecer esto NO es una ventaja para Barcelona, desde mi punto de vista de profesional de turismo.
El crucerista es un tipo de visitante que en datos macro no interesa en absoluto.