Está pasando: gente indignada porque se dedique a una estación a Almudena Grandes (ojo, yo tampoco lo hubiese hecho), por “sectaria” y por “no generar consenso”, mientras defiende que un monumento en Madrid exalte y conmemore la victoria del ejército rebelde y fascista en la Guerra Civil. “Victoria” que se produjo al precio de dejar Madrid arrasada, y que dio paso a una feroz represión y a cuarenta años de dictadura. No sé, no lo veo…
De todos modos, aún al margen de lo que opine cada cual de la República, Franco y el franquismo (este hilo resulta muy esclarecedor al respecto), el hecho cierto es que nada ni nadie ha causado tanto sufrimiento, tanta muerte, tanta destrucción, y tanta miseria en toda la historia de Madrid como ese ejército victorioso que conmemora el arco. Sólo por eso creo que procede resignificarlo. No me imagino un monumento en Dresde o en Hiroshima simplemente conmemorando y celebrando la victoria aliada, por mucho que los aliados (ellos sí) estuvieran en el “lado correcto” de la historia. Sería una ofensa macabra.
Hay una parte del relato histórico que se suele olvidar, entre otros, por los nacionalismos periféricos. El golpe del 36 fracasó inicialmente porque Madrid se mantuvo leal a la República, y en ello jugó un papel clave la resistencia activa de buena parte del pueblo madrileño. Fue también en Madrid donde se frenó el avance de las tropas franquistas, con una defensa de la ciudad por la que nadie daba dos duros (empezando por el propio gobierno republicano). Madrid fue el núcleo de la resistencia antifranquista durante la guerra, la cuna del “no pasarán”. Madrid resistió leal al régimen republicano hasta el final, mientras los nacionalistas rendían Bilbao o mientras Barcelona se consumía en disputas internas y revueltas anarquistas. Ninguna ciudad sufrió de forma tan intensa y continuada la presión del asedio de las tropas franquistas como Madrid.
Al margen de simpatías y afinidades políticas, la resistencia y el sufrimiento del pueblo de Madrid durante la guerra civil merecen un reconocimiento y un monumento, y el Arco de Moncloa podría ser una gran oportunidad para dárselo.