Aun así, con todos esos pormenores (principalmente lo mal que encaja la necesaria circulación de furgonetas, aparentemente, y lo mal que se ha desarrollado en algunos alcorques la vegetación) ojalá ver la evolución de ese eje en multitud de sitios de Madrid y Barcelona.
De hecho, se nota su sombra en proyectos madrileños como Olavide y algún que otro “entorno escolar”.